Hace unas semanas volvà a pegarme una vuelta por Madison. pague 3 evitas y entré. HabÃa tenido una muy buena experiencia hace un par de mese...
Hace unas semanas volvà a pegarme una vuelta por Madison. pague 3 evitas y entré. HabÃa tenido una muy buena experiencia hace un par de meses, y esperaba repetirla. O porque no, superarla!
Leé Madison Club de Hombres part I
Bien, los resultados decididamente no fueron superadores. Ni tampoco a la altura de la experiencia anterior. Pero tampoco podrÃamos decir que fue totalmente desechable u olvidable. PodrÃamos resumirlo en 4 bloques: lo bueno, lo malo, lo maso y lo bizarro, que se dieron prácticamente en ese orden cronológico. Paso a detallarlas:
LO BUENO: Apenas llego, previo paso por el vestuario (esta vez me toco abajo), voy al 2do piso, donde está el cine. No pasaron ni 2 minutos que ya tenÃa a un cuarentón muy bien puesto (habÃa entrenamiento en ese cuerpo) con MUY buena pija (larga y bien gruesa) dándome de mamar. El tipo estaba a full. No paso mucho tiempo hasta que me empezó a romper el orto contra el último asiento del cine. Se acercaron un par pero nadie se sumo. Me dio duro y parejo, un largo rato. Cada tanto alternábamos con mamadas, porque venÃa larguero el asunto. Yo chocho! Aunque querÃa que acabe en algún momento… pero pasados varios minutos (no menos de 20) me anuncio que me estaba dando porque le parecà muy fachero (la penumbra del cine garpa jaja) y resulte tener un muy buen orto bancador, PERO ya era su 5to round y estaba muerto… Asà que no quedo otra que dejarla ahà y seguir cada uno por su lado.
LO MASO: A poco de dejar al cuarentón pijudo, me mande al piso de arriba, el de los boxes y los glory holes. Me cruzo a un pibe, un poco más bajo que yo, delgadito (pero con algo de trabajo muscular), rubiecito con barba, MUY fachero (creo que de todos los que estuvieron en mi estadÃa en Madison esa noche era fácil el más lindo). No tardamos mucho en meternos a un box. Intento chape, no parece irle mucho la onda. Se saca la toalla…. Venia un poco escaso de material L No importa, a mi el tamaño es lo de menos en cuanto sepas sacarle provecho a lo que Dios te dio. Bajo a mamarlo, usando todas mis técnicas de probado éxito… menos con él. Habrán sido poco menos de 5 minutos de comerle la chota y los huevos de todas las maneras imaginables que no hubo caso, no levantaba ni con Viagra eso. Intente dedearlo, y bajarlo con los hombros a que me la mame el… pero no, no paso nada. Nos pusimos la toalla de vuelta y cada quien por su lado.
LO MALO: NO HABIA NI EL LORO. Fue primer viernes del mes tipo 8 de la noche. O sea, estábamos todos cobrados, era previa al finde; excusas para no pegarte una vuelta no habÃan. Apenas poco mas de 10 personas, contando la que se fueron y las que entraron durante mi permanencia. Y los pocos que habÃa no eran muy mi onda (y eso que yo soy bastante amplio con las ondas!). Y con los 2 o 3 más q intente tirar un centro, cero respuesta. En poco menos de una hora ya estaba afuera de vuelta.
LO BIZARRO: En eso que me estaba debatiendo si aguantar un toque más o ya irme (porque además en menos de hora y media cerraban y ya era medio improbable que viniera alguien mas), paso por el vestuario frente al cine. Veo un tipo que se está cambiando, que no habÃa visto antes. “Bingo! Uno nuevo! Y esta bueno!). Lo miro. Me tira un “hola”. Listo! Esta es la mÃa. Dudo en si volver y encarar. Mas cuando noto que no se estaba desvistiendo, sino vistiendo. O sea, se estaba yendo. Me decido y me meto, a intentar hacer que se quede. Empiezo con chamuyo básico “uh ya te vas! Hace mucho que estabas?”. “Desde las 2”, me tira. “Ahhhh re vicioso el chabón!” pensé para mis adentros, pero no articule mucha palabra, porque mientras pensaba eso el tipo me tira “laburo acá”. Creo que mi cara de desconcierto fue muy inocultable (“será taxi?” pensé) porque se apura en decirme: “soy el masajista del spa”. Me puse bordo. ME QUISE LEVANTAR A UNO DE LOS QUE LABURAN EN EL LUGAR!!! RE QUEMO!! Le reme la charla para tratar de no quedar en evidencia que me estaba sintiendo tremendo loser en ese momento. Igual yo no sabÃa que habÃa servicio de masajes en Madison, me entere por el! De hecho se lo dije y medio que el flaco se calentó. No conmigo, sino con el personal: “Como que no te dijeron nada cuando entraste? Pero tenes que saberlo, es parte de lo que pagas con la entrada! Ya voy a hablar con el dueño, no puede ser…”. Buena onda el flaco, pero no daba. Asà que nos saludamos y cada uno a lo suyo.
A ver, el pijon del principio no estuvo nada mal, y si al fachero que apareció después se le hubiera parado quizá tenÃamos buenos resultados. Pero en poco más de una hora, me encontré del lado de afuera de la vereda, sin haber acabado, y sin haber hecho acabar a nadie, lo cual no es precisamente un buen promedio. Quizá la próxima deba ir un sábado a la noche.
De ahà me fui al cine Box y termine acabando 3 veces.