Nikki Dior | Orgullo | Stonewall | Entiendo que muchos puedan pensar que las libertades que ostentamos en la actualidad han nacido "n...
Nikki Dior | Orgullo | Stonewall |
Entiendo que muchos puedan pensar que las libertades que ostentamos en la actualidad han nacido "naturalmente" con nosotros, pero NO, hay una historia, un proceso, gente que sufrió antes que NOSOTROS por la falta de esos derechos que hoy tenemos y detentamos. Tal vez falta mucho todavía, pero hagamos un poco de historia junto a Nikki para ver de que tenemos que estar orgullosos cuando andamos contentos de la mano del ser amado por la calle o cualquier lugar público sin tener que andar ocultándonos, circunscribiéndonos solamente a las TETERAS como lo TENÍAMOS que hacer hasta los '80.
En los '70 cuando uno yiraba por Av. Santa Fé (casi el único lugar) y se levantaba a alguien lo primero que nos pasábamos era el nombre, apellido, profesión, para que si te paraba la cana, que siempre te separaba en las redadas, pudieras decir como se llamaba tu "amigo" en que trabajaba y donde vivía, que era lo primero que preguntaban. Si superabas todo esto, se cojía. Había más adrenalina que con Grindr!!!
¿Será de ahí que deriva todo el morbo a ser descubierto?, (¿Por la mirada de la autoridad?) (NDE: Ale K)
Estados Unidos:
Los años 60’s, fueron otra época oscura para todos los gays y lesbianas en los Estados Unidos, y en el resto del mundo. La sociedad esperaba que uno se casara, formara una familia y tuviera hijos. Todas las actitudes que tenían que tener los hombres y las mujeres estaban fuertemente asignadas: (Hombres: Actitud Masculina Mujer: Actitud Femenina). De ninguna manera dichos modos podrían prestarse a la confusión. De llegar a suceder, una gran cantidad de autoridades médicas median y corregían los desvíos, las mismas que veían a la homosexualidad como un defecto mental, como un tipo de psicopatía. Era un trastorno mental, que estaba alcanzando proporciones de epidemia. Una enfermedad que no era visible, pero que era igual de letal y contagiosa. La idea era llegar a una curación a través del convencimiento, de que el camino de la heterosexualidad era el correcto, y el único que llevaba a la felicidad. Cuando este convencimiento ‘no era suficiente’, se recurrían a técnicas de condicionamiento aversivo (ósea te mostraban fotos de hombres desnudos y te sometían al instante a una intensa corriente eléctrica). También estaba los que eran condenados por su enfermedad homosexual, e ingresaban a manicomios al ser considerados psicópatas sexuales. Los sometían en ocasiones a la esterilización, o eran castrados. Estas torturas, sumadas a las farmacológicas, muchas veces terminaban dejándolos como vegetales sin vida.
Para mediados del 60’s 2 de cada 3 americanos veía a los homosexuales con asco, incomodidad o miedo. La opinión pública quería que se castigue a las relaciones homosexuales consentidas entre dos adultos. Los gays consientes de este rechazo, responden ocultándose, frecuentando sus propios bares y cafeterías, huyendo de la sociedad que los desaprobaba. Conformando el "guetho".
Los derechos de los gays como los de los negros eran atacados constantemente, a diferencia que los gays, no estaban protegidos por las leyes, ni por la constitución. Si la policía detenía a un hombre gay, y le acusaba de participar en lo que llamaban conducta inmoral, aparecía su nombre, su edad y dirección en los principales periódicos. Esto hacia que pierdan sus trabajos y provocaba caos en sus familias.
La mayoría de las veces los policías se camuflaban para detectar estas cosas. (Cabe destacar que esto ocurrió hasta no hace mucho en un país que uno cree tan de avanzada en derechos. Y le paso a George Michael en una visita en 1998 a California que el dejó plasmada en un video, donde fue aprendido por un policía practicando cottaging en una tetera de Beverlly Hills, California)
Pero el sol no se puede tapar con un dedo, iban creciendo zonas donde los gays se juntaban y se iban a vivir juntos para estar en compañía. Zonas como el Greenwich Village (en una de sus cuadras estaba el bar Stonewall), en donde todos eran más liberales y abiertos. Aun así las personas abiertamente gays que andaban por las calles, eran aquellas que no tenían nada que perder, que eran echados de sus casas por los padres, expulsados de las escuelas o los trabajos.
A finales de los 60’s había más libertad, pero no la suficiente, los gays, seguían siendo golpeados por ser distintos, no solo por la policía sino también, por grupos de personas de la sociedad. Los golpes eran tan fuertes que producían amnesia, o los dejaban inválidos. Mucho denunciaban las actitudes de los gays, por tener sexo en las calles, y otras conductas que para ellos eran inapropiadas, esto ejercía presión a los políticos para que ‘limpien’ el lugar.
Drag Queens y trans, eran denunciadas por las personas que descubrían que no eran lo que parecían ser. Tomando una ley del 1800 por ‘hacerse pasar por otra persona’, para castigarlas.
Nadie abría locales para los gays, porque temían que los cerraran, así es como entra la Mafia a los negocios de los bares. La Mafia se ofrecía para dar lugar a los gays, el Stonewall formaba parte de eso. Este bar era conocido por ser popular entre las personas más marginadas de la comunidad gay: transexuales, Drag Queen, jóvenes afeminados, lesbianas, prostitutos masculinos y jóvenes sin techo. Se ofrecían bebidas y cigarrillos a precios desorbitantes. Para los mafiosos esto era un gran negocio, porque no solo robaban las cosas que les eran ofrecidas a los gays, si no que después se las cobraban a precios carísimos. Stonewall no tenía licencia de venta de alcohol, así que la policía pasaba por ahí regularmente para cobrar sobornos.
Por cuestiones políticas, y de reelección, una autoridad mando a limpiar a los gays de todas las zonas, eso hizo que las redadas aumentaras considerablemente.
Hasta que una noche todo cambio. En una redada inusual los policías llegaron más tarde de lo normal, entrando al Stone Wall Inn y destrozando lo que había a su alrededor. Empujaban a todos los presentes al cuarto de atrás, y empezaban a pedir identificaciones. La gente que pasaba por afuera del lugar, se quedaba expectante por saber qué es lo que ocurría adentro. Muchos de los que salían del Stone Wall eran llevados por la policía, pero a diferencia de las otras veces, las caras de quienes estaban siendo oprimidos no era dóciles y sumisas, sino más bien enojadas y con ira. La policía les empezaba a pegar a aquellos que los forcejaban, y a su vez la multitud presente empezaban a insultar a los polis. La revuelta parecía inminente, estaba todo por descontrolarse. El disturbio incrementaba, la gente que les tiraba cosas a los policías y los insultaba. Esta vez los ‘dueños de la autoridad’ la estaban pasando mal. Tan mal, que decidieron entrar devuelta al Stone Wall inn y cerrar sus puertas como si estuvieran en una trinchera, contra todo el público de afuera, que crecía y se iba congregando cada vez más. Los policías no dejaban salir del Stone Wall a los demás presentes, los tomaban como si fueran rehenes.
Finalmente y por primera vez, la poli estaba atemorizada. En las afueras había alegría porque la policía no estaba ganando. Las Drag Queens golpeaban las puertas para que se terminaran de abrir de una vez por todas. Todos se empezaron a convulsionar y a reclamar.
Los refuerzos policiales llegaron, con elementos antidisturbios. Intentaron rodear la zona y liberarla, pero era imposible, los gays controlaban todo. La policía se estaba enfrentando a algo que no había visto jamás, los homosexuales no debían ser una amenaza para ellos, se suponía que eran débiles y sin corajes, incapaces de hacer nada, y ahí estaban tirándoles cosas y atacando. Las Drag Queens bailaban enfrente de ellos como en un cabaret y les faltaban el respeto. Esta locura continúo toda la noche. Miles de policías terminaron heridos, hasta que finalmente se despejo, se había ganado.
Las noches subsiguientes llegaron con mas iras y más revueltas, ya no había vuelta atrás. Los gays concurrian al Stone Wall Inn, sin mostrar signos de achique, y la mafia volvía a arreglar el local como en desafío a la policía. La represión se recrudecía, los policías golpeaban hasta matar.
Lo que había sucedido esa noche en el Stonewall inn no podía quedar ahí nomás, tenía que hacerse algo al respecto. Había provocado un quiebre total de las cosas, los corazones se llenaron de esperanza, de valentía, y se sentía que se podía hacer algo, se sentía que era el tiempo de dejar de ser pisoteados. Todos se empezaron a movilizar formando grupos y asociaciones.
Muchas personas hetero se unían a la causa gay, sobre todo aquellas que estaban a favor de los derechos humanos, de los negros y de la mujer. Los gays ya no se dejaban llevar a la cárcel así sin más, contraatacaban igual que los demás movimientos.
Las personas más llamativas, las más vulnerables y propensas, fueron las que libraron la verdadera guerra, las que lucharon en primera línea.
La primer Marcha Gay en el mundo fue un 28 de junio de 1970, justo un año después de Stonewall. Conseguir los permisos no fue tarea fácil, y a pesar de haber recibido amenazas de bomba, nadie parecía detenerlos.
La marcha no tenía todo el color y el brillo de ahora, pero la energía y el entusiasmo era igual, empezaron siendo unos pocos cientos hasta que para el final ya había más de 2 mil personas.
Fue otro gran paso en la historia de los derechos humanos.
El 24 de Junio del 2016 fue Nombrado Stonewall Inn Monumento Nacional de los Estados Unidos.
Argentina
Me llamo la atención que tanto acá como en Estados Unidos, muchas de las cosas se repetían, habían varias similitudes, en la forma que se vivía la homosexualidad, en los dos países durante los 60’s. En nuestra tierra la mayoría de los médicos, psiquiatras y policías pensaban muy parecido. Así como también gran parte de la sociedad Argentina, quienes se sentían incómodos, y repudiaba a los homosexuales.
En Argentina de los 60’s se cerraban bares que frecuentaban las ‘maricas’, por ‘contravenir las leyes de profilaxis social’. En alguna habitación secreta cerca del puerto, los gays se tocaban y disfrutaban de bailar apretaditos. Muchos en la espera de ser atendidos por un buen macho, si era marinero mejor. Los bares, los saunas y boliches, se convertían en un lugar de refugio, de libertad y de pertenencia. Lamentablemente dependían de la voluntad policial, quienes iban a buscar ‘platita’ presionando a los dueños con las fajitas de clausura. ¿Les suena haber leído esto anteriormente? Era la época de los EDICTOS POLICIALES.
En noviembre 1967, en un suburbio del Gran buenos Aires, nace ‘’Nuestro Mundo’’ con Héctor Anabitarte como uno de los pioneros. Era un grupo de personas que defendían los derechos de los Homosexuales. Las reuniones se manejaban con mucha precaución y sutileza dada la conflictividad que había. Repartían Panfletos e informes sobre la liberación Gay. En Agosto de 1971 cerca de Plaza Once, “Nuestro Mundo” se relaciona con intelectuales entre los que se encontraban, Manuel Puig, Juan José Sebreli, Blas Matamoro, Néstor Perlongher, Juan José Hernández y Sergio Pérez Álvarez , quienes todos juntos dan origen al Frente de Liberación Homosexual.
El Frente estaba integrado por organizaciones de distinta filiación política e ideológica. Los grupos más importantes fueron Nuestro Mundo, Eros, Profesionales, Safo (de mujeres lesbianas), Bandera Negra (anarquistas) y Emanuel (de tendencia cristiana), a los que se sumaron agrupaciones feministas de la época, como la Unión Feminista Argentina (UFA) y el Movimiento de Liberación Femenina (MLF) y el Grupo Política Sexual (GPS).
Nunca se pudo reunir a todos sus miembros, porque era un grupo totalmente heterogéneo; pero el objeto era que lo fuera. Era un espacio para que tuvieran cabida gentes de posturas totalmente diferentes, pero todos luchában por lo mismo: el derecho a usar nuestro cuerpo como se nos diera la gana, con quien se nos diera la gana y, además, a poder trabajar, vivir, tener los mismos derechos que como seres humanos nos merecíamos”.
Además pretendían la eliminación de los códigos contravenciones y las leyes que criminalizaban y tildaban a la homosexualidad como patología. La revista ‘Nosotros’ era publicado por esta asociación, en sus páginas se podían encontrar crónicas, noticias de otros diarios sobre homosexualidad, poemas, notas de los movimientos lésbicos y feministas, humor, historias amorosas y el repudio total a los edictos dictados por la policía.
¿Qué eran estos edictos?
La prepotencia policial sobre los ciudadanos comienza a ser institucional en 1932, con un decreto de la dictadura. Los jefes policiales dictaban "edictos" que generalmente no castigaban lo que se hacía sino lo que se aparentaba ser: características personales, orientación sexual, condición económica etc.
En 1958 comienza un decreto de la llamada "Revolución Libertadora", a permitirse el 'arresto para identificar', más conocido como "la averiguación por antecedentes". Era la Policía la que dictaba sentencia (el jefe podía imponer hasta 30 días de arresto) y en los hechos no había defensa alguna. Por año, en Capital iban presos por edictos entre 110.000 y 170.000 personas.
A sus facultades de arrestar por averiguación de identidad y por edictos, la Federal agregó, a partir de 1965, la que surgía del llamado "memorándum 40". Este era una disposición interna y secreta que permitía detener a chicos en razzias sin avisarle a la Justicia.
La comunidad homosexual de entonces conoce muy bien estos 'operativos' que en muchas oportunidades dejaron en la calle desnudos a participantes de saunas, boliches, fiestas privadas... desnudos, contra la pared, esperando ser averiguados sus antecedentes, vecinos machistas que no titubeaban en poner en primera plana de las revistas, de entonces las imágenes de la detención policial.
Mientras tanto los gays argentinos seguían muy de cerca lo que pasaba en el mundo, sobre todo los hechos del Stonewall inn. Se seguían organizando y seguían creciendo, parecían que los aires de cambio se aproximaban.
Lamentablemente esto no ocurrió tan rápido, el golpe militar de mediados de los 70’s estanco el avance de los movimientos feministas y la liberación homosexual. Hasta se habla de desaparición de homosexuales quienes fueron detenidos, torturados, violados y hasta asesinados.
La campaña moral que se ejercía del gobierno ayudado por la iglesia era grandísima. Este contexto adverso hizo que finalmente los últimos integrantes del Frente de Liberacion Homosexual decidieran poner fin a las actividades en 1976. La redada contra los homosexuales se intensificó, hasta el punto que muchos tuvieron que exiliarse. Nuestras vidas no valían nada. Los que se quedaban intentaban subsistir con el contacto en baños de los trenes, cines, barrios alejados de la vigilancia o fiestas privadas.
En Argentina te llevaban preso por ser homosexual. ¿Cuantos habrán pasado varias semanas en la Cárcel de Devoto? La brigada de Moralidad de la Policía Federal intentaba limpiar sus calles de gays y travestis.
La iglesia y los militares se juntaban para destruir todo lo poco que los gays habían conseguido, la llama de la esperanza que había en finales de los 60’s y principió de los 70’s parecía estar extinguiéndose por completo.
Frente a toda esta represión del estado, los gays encontraban ‘consuelo’ en las diferentes Teteras, que convertían la soledad y el sufrimiento en un momento de encuentro y placer. Los andenes de los ferrocarriles se transformaban en lugar de sociabilidad, así como las fiestas privadas. Había infinidad de teteras, donde los chicos se encontraban para compartir datos, consejos, pijas y culos. Siempre con cuidado porque nunca se sabía cuándo se podía dar con un policía ‘camuflado de civil’
Las “teteras” eran los lugares escogidos, tanto para los amantes furtivos, como para la propaganda. Los activistas dejaban volantes y comunicados en el suelo para que sean leídos por quienes las frecuentaban: así llamaban a organizarse o informaban de sus actividades.
Lee acá sobre TETERAS CON HISTORIA
Democracia
Esto marco un contexto muy diferente a lo anterior, se hizo posible empezar a volver a reclamar para que terminara la represión y la discriminación. Los gays podíamos pedir apoyos internacionales, tanto financieros como de otro tipo. La idea era terminar de una vez por todas con los ataques sorpresivos en lugares de reunión, la discriminación en ámbito laboral, las detenciones extorsivas en la calle, la prohibición de entrar a albergues transitorios, la despenalización de andar con ropas del sexo opuesto y la clausura de los boliches bailables. Con el regreso de la democracia los discursos de derechos humanos abundaban en todas las partes de la Argentina, pero el clima de represión para lesbianas, gays y trans seguía prácticamente igual. Muchos de los reclamos no eran escuchados, y el cambio fue más gradual de lo que se esperaba.
Ya para principios de los años 80’s vuelve a resurgir el objetivo de formar una organización gay. Varios grupos de valientes se comienzan a gestar. La idea de volver a organizarse era inminente.
En 1984 luego de una fuerte razia policial se convocó una Asamblea en la discoteca contramano, en la que se creó la comunidad Homosexual Argentina (CHA), la que se calificó como organización de derechos humanos y adopto el lema: ‘El libre ejercicio de la sexualidad es un derecho humano’. Fue elegido presidente de la CHA Carlos Jáuregui, quién pasaría a ser el más importante dirigente LGBTI de nuestro país post dictadura. El más visible y el que mejor entendió la importancia de la articulación como método de construcción política.
Ese mismo año en Parque Lezama y dos años después en Parque Centenario, la CHA salió a la calle a protestar contra los Edictos Policiales que aún seguían vigentes.
“Con discriminación y represión no hay democracia”
En sus primeros años de vida, la CHA procuró mostrar que los homosexuales estaban presentes en todos los ámbitos sociales, y destacar las similitudes entre homosexuales y heterosexuales. Destacó que las aspiraciones y preocupaciones de los primeros estaban en sintonía con las del resto de la sociedad, con respecto a la persecución que había tenido la sociedad Argentina durante la dictadura militar.
Carlos Jáuregui basó su activismo en la búsqueda de visibilidad mediática, ya que era ‘el recurso más fuerte con que ha contado el movimiento gay’ Sobre la base de eso, escribió en diarios y participó en programas de televisión y en 1984 impactó cuando por primera vez un homosexual asumía públicamente su sexualidad y aparecía abrazado junto al también activista Raúl Soria en la portada de la revista Siete Días y en la nota titulada ‘Los riesgos de ser homosexual en la Argentina’. En 1987 publicó el libro Homosexualidad en Argentina. Quería llamar la atención, quería que toda la gente dejara de ver para un lado, que se concienticé sobre el hostigamiento y persecución que vivían los gays en todos los ámbitos. Jáuregui había tejido con inteligencia su alianza con los organismos de derechos humanos y con algunos partidos políticos, donde todavía hay quienes lo recuerdan.
En el 88’ Carlos deja la presidencia y se marcha de la CHA por desacuerdo con la nueva dirigencia, que no era consciente de los cambios que se producían en el movimiento internacional. Más tarde en el 91’ funda la Asociación Gays por los Derechos Civiles (Gays DC) junto a Marcelo Ferreyra y César Cigliutti (este último actual presidente de la Cha), generando nuevas relaciones con grupos activistas de lesbianas y las primeras activistas travestis y transexuales. En 1992, desde ‘Gays Dc’ planificaron la primera Marcha Gay en Buenos Aires, con la oposición de la Cha de entonces.
Esa fundación de las Marchas del Orgullo que se pensó desde la calle Paraná, se discutió durante días y en varios encuentros, y estuvo llena de esperanza, valentía, coraje y visión de futuro. Fue el comienzo de una articulación colectiva llena de reivindicaciones políticas, y una agenda de derechos que se corporizarían muchos años después de la muerte de Jáuregui, que puso su vida a disposición de esos derechos que -irónicamente- no pudo ejercer nunca.
La Marcha sería un acto político, por eso la organizaron sólo sus activistas, y recorrería la misma avenida que recorren los movimientos políticos en argentina: Avenida de Mayo.
Luego de unas semanas intensas de trabajo, con volanteadas en boliches y pubs, comunicados de prensa, banderas y pancartas, se llevó a cabo el 2 de Julio de 1992, la primera marcha Gay. Era incierta la cantidad de personas que podían ir en apoyo. Se había anticipado que iba a repartirse mascaras para aquellos que no quisieran exponerse a los fotógrafos y a las cámaras de televisión.
La marcha tuvo más repercusión de la que se esperaba, pero no solo por un grupo de maricas y tortas que valientemente reclamaban ser escuchados, sino porque ese mismo día había una manifestación de maestros. Ese día, la primera Marcha del Orgullo contó con la inesperada, y acaso involuntaria, solidaridad de los maestros en lucha.
Es clara la influencia del Stonewall en la primera Marcha Gay Argentina, las marchas desde el 93’ hasta el ’96 fueron todas el 28 de junio, recién para 1997 se cambio la fecha para noviembre, en conmemoración del 30º aniversario de la fundación de "Nuestro Mundo", el primer grupo homosexual de Argentina. Recomiendo para entender el contexto de esta época la película "El puto inolvidable" que se puede ver en la plataforma CINE.AR en forma gratuita.
Carlos Jáuregui, activista LGBT. El primer gay en salir en la tapa de una revista en los 80. Impulsó la 1ª Marcha del Orgullo. Su convicción y valor cambiaron la historia argentina y su legislación.