FALSE

Page Nav

HIDE

HIDE

HIDE

Grid

GRID_STYLE
TRUE

Top Ad

//

Últimas novedades

latest

Gagging al aire libre | En la Reserva Ecológica

Claudio del Gagging | Con estas cosas de que llega el verano y que uno tiene que bajar un poco de peso y caminar más, se me ha dado por empe...

Claudio del Gagging | Con estas cosas de que llega el verano y que uno tiene que bajar un poco de peso y caminar más, se me ha dado por empezar a frecuentar lugares al “aire libre”, me hace bien al corazón, bajo los lípidos, libero endorfinas, la chota se me mueve (se estira y se encoge), pero sobre todo lo que me he dado cuenta es que me empieza a vibrar el orto cuando empiezo a ver esos cuerpos semi desnudos que quieren volar sus ropas para mostrarse. Esos bultos que saltan dentro de los pantalones cortos y que me llevan de un lado al otro haciéndome fijar la vista "justo ahí".



Así las cosas he empezado a frecuentar más los paseos públicos y con ellos la reserva Ecológica, de la que tanto se ha hablado en este blog. Todo lo que se ha contado, todo es cierto, caminé por los senderos, vi el reguero de forros, las miradas insinuantes, las manos que se posan en bultos y las desapariciones de algunos de los senderos principales para encontrarlos con la verga fuera en los bosquecitos cercanos… La vigilancia, la no vigilancia, entendiendo que en estos lugares uno no puede pasar horas y momentos "en que se pone". Es cuestión de ir, dar vueltas, mirar, escudriñar y tal vez lograr tener algo. Recuerden que hacer "CRUISING" es estar a la caza de "algo". Da lo mismo un alce que un macho alzado. 


Nada como ver a un hombre con la camisa abierta que continua en la bragueta también abierta por la que asoma una poronga en espera haciendo como que mea, esperando por quien sabe quien. Más allá de concretar algo, me encanta toda la adrenalina que surge del posible encuentro, del posible roce que se produzca entre esos cuerpos extraños, una adrenalina que a veces termina fundida en una única calentura.


Para mi no hay nada mejor que se sienta como el algodón suave de una camisa dando en mi cara, o el de una remera cuando se la estás mamando a otro tipo y esta tiene olorcito a vivere u otro suavizante natural, que se frota en tu rostro momentos después de que él se desabroche con la mezcla de perfumes y sus huevos. Para mi es como viagra natural.

Y si está ahí con la bragueta abierta y los pantalones bajos en el medio de un bosque seguramente es un alfa, sabes de qué hablo, ¿verdad? Es de esos que toma el control y vigila al mismo tiempo, dándote seguridad para que vos hagas lo tuyo.

Cuando la mamada viene con reserva. 




Todo esto va de preámbulo para contarles de la tremenda cogida por boca que me dio un pibe de nombre Alberto en la Reserva, si ahí, en el medio del bosque a pasos del río, donde me practicó un gagging padre hasta acabarme, de primera. Me llamó la atención porque lo había notado bastante caballero y no me espero para acabar luego de semejante cojida de boca, pero enseguida mientras se reponía, me dijo, espera, dame un minuto que tengo más.




Le dije: parece que te gustó!

A lo que contestó: Si no me hubiera gustado no estaría acá con los lienzos bajos haciéndome tirar la goma mientras me comen los mosquitos…

Lo resolví con OFF que llevo en la mochiloca.


Para el segundo round se preocupó por ponerme su remera bajo mis rodillas (ya no daban más) y porque acabara para luego acabar él. Una hermosa y espesa leche que degusté por segunda vez.

Salimos juntos de la reserva, hablando y riéndonos, como si fuéramos amigos, novios, compañeros...