Por Ale K | ¿Recuerdan las épocas en las que había fiestas, idas al boliche, alguna que otra situación que se daba en la casa de alguien que...
Entendiendo que el libre albedrio era coger con cualquiera y estar con la pija ensartada en un culo esperando una boca u otro culo para ensartar, o solo si eras un agujero esperando otra pija para "catar" todo lo que de ella saliera... Estoy hablando específicamente con el vocabulario que veo en las sesiones de esta pagina #MIPIJAPUBLICADA o #MICULOPUBLICADO, donde todo pasa por catar verga o leche, estar de trampa, apuros, descargar e irse, salir de raje, todo es literal no queda nada para la metáfora.
Yo diría que uno de los artefactos claves en las ‘fiestas’ (cuando las había), entendiendo ese estado de libre albedrio, eran los cargadores para celulares, que deben ser utilizados durante las maratónicas sesiones de fornicación en las que los teléfonos se usan para buscar ‘el próximo culo o la próxima pija’.
Siempre recuerdo a un amigo que me dijo: ‘No hay nada más deprimente que estar siendo cogido por alguien que, al mismo tiempo, está buscando su próximo garche en Grindr’. Yo me enfiesté con un jugador de rugby pelirrojo que arregló para que un brasileño viniera a su departamento. Cuando el brasileño saludó, el rugbier ni contestó porque ya estaba buscando al próximo. Decía resignado mi amigo. De este tipo de alienación hablo.
Grindr es la epitomización de la inseguridad sexual ya que promete a sus usuarios una cantidad ilimitada de partenaires sexuales con el menor esfuerzo. Uno solo tiene que gruñir frases como: ‘¿Sos activo o pasivo? ¿Tenés lugar? ¿Más fotos?’. No sé las siglas pero también se usan expresiones como ‘tranca’, ‘hxh’ (o ‘gomosa’) y la muy difundida ‘p&c’ (o ‘paja cruzada’). Podría decirse que Grindr es el sistema nervioso de esa anatomía del sexo casual gay urbano.
LO QUE GRINDR PONE EN EVIDENCIA ES UNA COMUNIDAD GAY ENFERMA Y DESESPERADA POR SU ATOMIZACIÓN
¿Pero por qué el sexo y las drogas parecen ser tan atractivos cuando van juntos?
Además de por las razones obvias, tanto el sexo gay como las drogas han sufrido siglos de estigmatización, criminalización y patologización. Gran parte de esto es justificado si se tiene en cuenta que muchos, se han contagiado HIV de esta manera. Sin embargo, la relación entre drogas y HIV no es tan unidireccional como puede parecer a primera vista. Si bien uno se contagia bajo los efectos de las drogas, las drogas también constituyen un lugar donde escaparse para aquellos que se contagian y no quieren afrontar dicha realidad.
Un paciente comenzó a tener sexo con drogas no antes, sino después de contagiarse de HIV. En sus propias palabras: ‘Me sentí sucio y una mierda. La droga me ayudó a escaparme de eso ya que quería estar fuera de mí. Por supuesto, eso definió la forma de contactarme sexualmente con las otras personas. Muy rapídamente, ya no podia tener sexo sobrio’. Lo más interesante de lo que me dijo en consulta, pidiéndole su permiso para citarlo, cuando le dije que estaba por escribir sobre el tema fue que, según él, todo esto cambió el modo de tratar a sus parejas sexuales. Se volvió agresivo y oscuro. ‘No sentía deseo real por ellos. Solo quería usarlos y ser usado’.
Mucha gente que se relaciona de esta forma durante los fines de semana trabaja durante la semana y tiene una vida ‘normal’. Entre ellos hay doctores, abogados, actores, diputados, senadores o candidatos a intendentes de Tigre. Creo que vale la pena hablar de esto para salir del maniqueismo de entender al sexo como o ‘hedonista y reventado’ o ‘hermoso y necesario como sea que sea’. Desde ya que yo mismo en este blog siempre oscilo entre estas dos posiciones y lo bueno seria atravesarlas para poder ver bien como entenderlas puede ayudarnos.
Lo cierto es que desde que lo gay fue homologado con la vida a la Ricky Martin, en el mundo hubo un desplazamiento del discurso gay al seno de instituciones conservadoras como el matrimonio, por dar solo un ejemplo. Esto requiere de una narrativa consistente y a prueba de balas que puede resumirse como: ‘los gays no son diferentes que los heteros: viva la igualdad’. Esta es el argumento del ‘amor’ a la Ellen Degeneres. No importa quienes se amen ya que lo que importa es que se amen. Esto es verdad y nadie puede oponerse a esto. Pero…
Es cierto todos los seres humanos tenemos deseos y necesidades. Sin embargo, desde un punto de vista más societal, esto es una terrible simplificación. La cuestión del ‘sexo con drogas’ pone en evidencia, al menos para cierto grupo social, lo ilusorio y optimista de ese planteo. De hecho, los chill outs y las fiestas sexuales con drogas cumplen una función social y mas específicamente, responden a una necesidad humana que es la necesidad de conectarse con el otro de manera intima y táctil en un contexto urbano en el que es muy fácil sentir que uno esta hundido en un mar de gente sin hacer contacto con nadie. Digo... sino el grupo de los fiesteros no se hubiera mantenido en el tiempo.
Esta ansiedad de una existencia atomizada es uno de los principales motores de Grindr y es por esto que el tema debe dejarse de plantearse como una excusa para la vehiculización del hedonismo de siempre y avanzar en una dirección más constructiva. Desde ya, la atomización de la existencia no es algo que afecte solo a los gays. Esto, también, afecta a los heterosexuales. Sin embargo, los heteros cuentan con un contexto cultural que constantemente reafirma y apoya sus tradiciones sociales, sexuales y románticas. Ese mismo matrimonio, ese contexto los protege. Los gay no lo tenemos aunque estemos casados.
¿Cuál es la solución?
Yo creo que está en el reforzamiento de los lazos de amistad y solidaridad entre gays. En dejar de pensar que el otro es una amenaza para ver al otro como alguien con el que se puede conectar como amigo a partir del respeto mutuo y la charla no sexual. Los gays queremos sentir que no estamos solos y para esto necesitamos cierto sentido de comunidad con gente que pasa por las mismas experiencias que nosotros. El conseguir esto hará que el Grindr deje de ser el modo (oscuro) que tenemos que elegir para no sentir todo el tiempo que estamos solos.
¿Qué pasaría si hubiera un Grindr solo para hablar de lo que nos pasa?