Cuando el que mama está presto y atento, hay más probabilidades de un final feliz. Si el macho que está saboreándote la chota se esmer...
Cuando el que mama está presto y atento, hay más probabilidades de un final feliz. Si el macho que está saboreándote la chota se esmera y se la come como debe, vos vas a empezar a sentir que los ángeles cantan en no más de 10 minutos. Hay que resistir y dejar que el otro se esmere. Uno puede ayudar jugando al ahogado, metiendo la pija a fondo y viendo como el pibito abre los ojos bien grandes, dejándolo sin respiración pero con un placer que lo hará volver por más. Para el final está el premio, esa gran catarata de leche que será depositada en la cara y garganta del amigo.