Por Juan Pablo | Relatos de los lectores | Esta cuarentena nos ha movilizado a todos desde el más poderoso hasta el que menos tiene. Nadi...
Por Juan Pablo | Relatos de los lectores | Esta cuarentena nos ha movilizado a todos desde el más poderoso hasta el que menos tiene. Nadie sabe exactamente a que nos enfrentamos y cuanto durará todo esto.
Mi pareja y yo no somos la excepción, hace 22 años que estamos juntos y 9 casados. Somos profesionales, cada uno atiende lo suyo y la llevamos relativamente bien, para lo mal que vemos que están los de alrededor.
Hace mucho que nos perdimos, vivimos juntos, tenemos una linda casa y compartimos la vida, pero poco a poco nos fuimos perdiendo en un matrimonio que de alguna forma nos contuvo, en los primeros años vivÃamos cosas ardientes en cuanto a lo sexual se refiere y después la continuidad de la pareja hizo que todo ese amor que nos tenÃamos, nos tenemos, diera lugar a los desafÃos, comprarnos una casa, nuestra. Arreglarla y amueblarla, ayudarnos a terminar nuestras respectivas carreras, viajar por el mundo, tener un auto, seguir viajando.
¿Quien dijo que debemos separarnos cuando la pasión se apaga?
Todos estos logros materiales, nos corrieron de alguna forma de nuestro alimento sexual, las relaciones se fueron espaciando y con el tiempo se extinguieron.
Jamás nos planteamos el hecho de separarnos, y ahà estábamos conviviendo, cuando la cosa se nos hacÃa un poco aburrida, cambiamos el auto o comprabamos algo para la casa. El me sostuvo con el fallecimiento de mis padres y unos años mas tarde yo le retribuà con mi compañÃa cuando se fueron los suyos en un accidente.
Cuando empezamos a salir le informé de mi situación como portador HIV+, eso no fue impedimento para todo lo que construimos después, siempre sobre la base de la confianza y el respeto.
A fines del año pasado, lo pasé a buscar por una clÃnica en la que se atendÃa unos problemas estomacales. Estaba desesperado y me abrazaba llorando, desconsolado. Cuando pudo hablar me contó quele habÃan hecho un HIV y que le habÃa dado positivo. Me paralicé, al punto de tener que detener el auto y solo mirar hacia adelante. ¿HabrÃa un futuro? Yo no lo habÃa contagiado, era imposible por nuestro nulo sexo.
Permanecimos juntos, nada pareció cambiar salvo el inicio de su tratamiento, consultas al infectólogo, juntarnos en la noche para tomar NUESTRO mismo cóctel, ATRIPLA, a la misma hora en la cocina.
En esta cuarentena nos volvimos a mirar de otra forma, se ve que sin la posibilidad de nuestros encuentros furtivos con amantes X, la mirada se volvió sobre nosotros. Nos reencontramos. Según mi terapeuta, nos resignificamos, porque aunque parezca mentira el tema del HIV desnudó algo que los dos hacÃamos, ubicándonos en otra instancia, otro lugar. El sexo tal vez no es como antes, pero es mejor, es sincero. Y si bien no sabemos qué nos deparará el futuro, lo seguimos intentando, porque pensamos que en esta cuarentena, ¿quién sabe lo que realmente le tiene deparado el destino?
Hace mucho que nos perdimos, vivimos juntos, tenemos una linda casa y compartimos la vida, pero poco a poco nos fuimos perdiendo en un matrimonio que de alguna forma nos contuvo, en los primeros años vivÃamos cosas ardientes en cuanto a lo sexual se refiere y después la continuidad de la pareja hizo que todo ese amor que nos tenÃamos, nos tenemos, diera lugar a los desafÃos, comprarnos una casa, nuestra. Arreglarla y amueblarla, ayudarnos a terminar nuestras respectivas carreras, viajar por el mundo, tener un auto, seguir viajando.
¿Quien dijo que debemos separarnos cuando la pasión se apaga?
Todos estos logros materiales, nos corrieron de alguna forma de nuestro alimento sexual, las relaciones se fueron espaciando y con el tiempo se extinguieron.
Jamás nos planteamos el hecho de separarnos, y ahà estábamos conviviendo, cuando la cosa se nos hacÃa un poco aburrida, cambiamos el auto o comprabamos algo para la casa. El me sostuvo con el fallecimiento de mis padres y unos años mas tarde yo le retribuà con mi compañÃa cuando se fueron los suyos en un accidente.
Cuando empezamos a salir le informé de mi situación como portador HIV+, eso no fue impedimento para todo lo que construimos después, siempre sobre la base de la confianza y el respeto.
A fines del año pasado, lo pasé a buscar por una clÃnica en la que se atendÃa unos problemas estomacales. Estaba desesperado y me abrazaba llorando, desconsolado. Cuando pudo hablar me contó que
Permanecimos juntos, nada pareció cambiar salvo el inicio de su tratamiento, consultas al infectólogo, juntarnos en la noche para tomar NUESTRO mismo cóctel, ATRIPLA, a la misma hora en la cocina.
Reencuentro en cuarentena
En esta cuarentena nos volvimos a mirar de otra forma, se ve que sin la posibilidad de nuestros encuentros furtivos con amantes X, la mirada se volvió sobre nosotros. Nos reencontramos. Según mi terapeuta, nos resignificamos, porque aunque parezca mentira el tema del HIV desnudó algo que los dos hacÃamos, ubicándonos en otra instancia, otro lugar. El sexo tal vez no es como antes, pero es mejor, es sincero. Y si bien no sabemos qué nos deparará el futuro, lo seguimos intentando, porque pensamos que en esta cuarentena, ¿quién sabe lo que realmente le tiene deparado el destino?