Mr. Brightside | HacÃa rato querÃa conocer el Ideal pero nunca me animaba. Me daba miedo que alguien me vea entrar y después hagan comen...
Mr. Brightside | HacÃa rato querÃa conocer el Ideal pero nunca me animaba. Me daba miedo que alguien me vea entrar y después hagan comentarios. Pero bueno, un dÃa junté coraje y me mande. Entré, me puse a hacer reconocimiento del lugar, recorrer las salas, los baños, el dark... En medio de esas recorridas vi a un tipo que me pareció precioso, pero a pesar de que le tire terribles miradas (dicen que me mirada es muy intimidante y penetrante), nunca me siguió ni me tiro ninguna señal.
Asà que seguà en la mÃa. En todo ese rato pasó lo que pasa en un cine. Mucha vuelta, mucha histeria, algún que otro pete, franeleo, etc. En un momento, pegue onda en una grupal. En eso que me la estaba mamando uno, lo veo al "lindo" que estaba mirando la escena. Le hacÃa señas para que se una, pero solo miraba, como escondido atrás de una pared, medio tÃmido. Pensé que era otro histérico más de los que sobran a veces en esos lugares a los que se va exclusivamente a garchar, y seguà con lo mÃo. No llegue a acabar, guarde la chota y salà de escena. Apenas salgo, en un banquito a la salida, estaba sentado él.
Me agarro del brazo. Ahà sin vueltas pele chota, le agarre la cabeza y me la empezó a mamar. Con todas las ganas y la dedicación. Un espectáculo.
Me pinto chaparlo en un momento, le encaje un jetazo y el flaco se re prendió. Tanto, que abandonamos el pete y nos pusimos a chapar ahÃ, mientras el resto iba y venÃa (cada tanto alguno metÃa mano pero lo sacábamos carpiendo). Me lo quise llevar de ahà a otro lado, mas tranqui, sin nadie que interrumpa. Le propongo de ir afuera a charlar un rato, y como respuesta recibo un pete.
Cada tanto subÃa, chapábamos de nuevo, y le volvÃa a proponer que salgamos de ahÃ, pero el flaco seguÃa usando la lengua, pero no para hablar. Lo tome como uno de esos que piensan que charlar significa propuesta de casamiento y me propuse no volver a insistir. Aunque habÃa tanta piel, era tan lindo y me calentaba tanto, que lo intente una vez más.
Esta vez hablo, para decirme:
"I don't speak Spanish". Con esa frase se destrabó el conflicto. Ahà si pudimos hablar. Me dijo que era de Inglaterra, tenÃa 32 años, que estaba de vacaciones, y que ya era medio tarde y tenÃa que volverse al hotel, que por eso no podÃa ir a mi casa. Pero me ofreció de pasarnos los celus y tratar de coordinar algo antes de irse, que el también querÃa estar tranqui conmigo. Asà que me dio su teléfono (que era raro porque no tenÃa caracterÃstica británica, si no otra que me sonaba asiática o de algún paÃs raro), lo llame para que le quede grabado el mÃo, y se fue.
NO TE QUEDES CON LAS GANAS!! LEÉ LO QUE SIGUE
Segunda Parte:
La verdad, el inglesito me voló la cabeza y no veÃa la hora de que me llame. Pero no me llamaba. Asà que un par de dÃas después del encuentro en el Ideal, pensé que de última si lo llamaba yo no perdÃa nada, si total en un par de dÃas se iba y no lo iba a ver más de todos modos. Le mande un mensaje, y me lo respondió enseguida, que no podÃa creer que me anime a escribirle, que pensaba que no me habÃa gustado, que tenÃa ganas de verme. Asà que arreglamos para el otro dÃa a la tarde en casa. Yo ese dÃa tenia ensayo y se me hizo re tarde. Me desocupé recién 10 minutos antes de la hora acordada, asà que apenas salà del ensayo me metà en un taxi rogando que volara por las calles porteñas (estaba viajando de Devoto a Recoleta, tenÃa todo un viaje por delante). Por las dudas le mande un mensaje, que me perdone por la tardanza pero que me aguante que yo estaba en camino. Termine llegando como media hora más tarde. Y yo con el terror de que los ingleses son muy quisquillosos con los horarios, cuando el tacho paro en la puerta de mi edificio, no lo vi. Y empecé a las puteadas por dentro de que se me escapo la presa. Para mi sorpresa, cuando me bajo, lo veo parado en la esquina. Ahà nomas subimos. Yo tenÃa la habitación hecha un asco, ni la cama habÃa tendido. Me dio un poco de vergüenza, asà que le chamuye que me banque un toque en el living que me cambiaba de ropa y ya estaba con él. Apenas llegue a cambiar las sábanas en tiempo récord, que se me aparece en el cuarto y se me tiro encima,
"I can't wait", me dijo. Todo a lo loco. Franeleo, chape, chupadas de pezones. Hasta que bajó y me volvió a regalar uno de sus petes que ya me habÃan dado vuelta en el cine. Ahà empezó a sacarse la poca ropa que le quedaba, aunque se dejó la remera.
Para mi sorpresa, tenÃa tremenda pija. Larga, blanca, apenas curva.
Ahà empezamos un 69, pero me estaba sobrecalentando y no querÃa acabar rápido, asà que ahà volvimos al franeleo. En medio del franeleo, el flaco se me sube y se clava mi chota en el orto de una. Qué manera de cabalgarme por Dios! Estaba en trance el chabón (y yo también). Muy a mi pesar, lo frene un toque para ponerme un forro, y ahà en 4, al hombro, de parados, cucharita... de todas las formas que se nos ocurrió. Hasta que se me subió de nuevo, y cabalgándome empezó a acabar como loco, casi sin tocarse. Chorros y chorros de leche en mi pecho. Ahà también yo me re descargué adentro, con el forro puesto. En medio de la charla post garche, nos ponemos a charlar más detenidamente, y le noto un anillo en el dedo anular izquierdo. Como quien no quiere la cosa, le pregunto si era un recuerdo familiar, si era por coqueterÃa, si estaba casado... Se puso rojo, no sabÃa que contestar.
Hasta que relajó y me contó que no solo estaba casado, si no que estaba con la mujer en Buenos Aires, que no era de Inglaterra sino de Nueva Zelanda (ahà me cayó la ficha de porque el celu empezaba con +64 y no con +44), y que no tenia 32, si no 52 años. Que no me lo quiso decir de una porque sabÃa que si me lo decÃa no le iba a dar bola, y no querÃa perder la oportunidad de estar conmigo porque yo le re gustaba, que desde que me vio entrar al cine que no querÃa estar con nadie más que no sea yo, pero que yo no le daba bola.
Mi respuesta? Me lo chape con más ganas y más caliente que antes, y nos pegamos un garche de aquellos en segundo round (y más tarde tercero). Pocas cosas me calientan más que un tipo casado. Y ya quisiera yo llegar asà a los 52, pudiendo decir que tengo 20 años menos y que me vea tan perfecto que todos me crean! De esto hace ya 5 años. Y el kiwi atemporal, el falso británico de trampa, es hasta hoy que viene al menos 2 veces al año por uno o dos meses a visitarme y a matarnos a garche como esa primera vez en casa.
Al Ideal no volvà por un buen par de años.