Por Clark | Como una tribu, envueltos en toallas y controlando el entorno mientras juegan al dominó, algunos se pondrán nerviosos cuando a...
Por Clark | Como una tribu, envueltos en toallas y controlando el entorno mientras juegan al dominó, algunos se pondrán nerviosos cuando aparezcas en pija. Escucharás entonces somnoliento entre vapores el relato de inversiones millonarias, de putas cogidas con acrobacias y de todo lo que emule con grandeza la visión de lo que calzas comparándolo con lo que portan entre sus piernas.
Atrás quedó
la Belle Époque del Spa, donde no habÃa hongos en las paredes y todas las
canillas funcionaban; donde los artÃculos de perfumerÃa abundaban y no tenÃas
que usar un jabón colectivo o llevarte el propio.
La crisis
obligó al establecimiento a que tampoco se enciendan los hidromasajes por el
gasto de electricidad y que ya no se acepte tarjeta de crédito porque están las
cuentas bloqueadas.
Finlander
que tanto me gustaba murió, y el Castelar no tiene piscina, además de que ahora
hay que meterse al hidro con el ganso cubierto (absurdo retroceso de un spa
para caballeros donde la casa se reserva el derecho de admisión pero no se
puede dar el lujo de perder un solo cliente, no quiere tener conflictos con el
INADI y quiere evitar escándalo si algún hetero histérico hace bardo, dando asÃ
un mensaje de no cogedero público ¿habrá que
lavarse después las bolas con traje de baño?)
Atrás quedó
el encuentro con un famoso aparentemente heterosexual que captaba tu
onda, querÃa probar algo distinto, te hacia una oferta y todo quedaba en
absoluta reserva.
Las cadenas
de oro bajo las papadas y los Rolex President rodeando las gordas muñecas
fueron disueltos por el miedo al arrebato al salir (Quizás estos gordos luzcan
sus ostentaciones tangibles en otro lado).
Colmegna fue
lugar de prostitución desde siempre. HabÃa salón VIP para estos muchachos
sobrealimentados.
Quien haya
ido con asiduidad no puede estar ajeno a este tema.
TodavÃa
alguna puta gris, tan distante de las finas escorts que hacÃan pasarela en
aquel VIP; puta que seguramente retorne más opaca al conurbano si no tuvo éxito
en la jornada, hace copas con apenas una gaseosa pagada por un par de lindos
parroquianos cuarentones en el buffet desprovisto de cualquier excentricidad
gastronómica que salga del tostado de paleta y queso o la ensalada con
escasa variedad de frutas.
Otras veces
tirándole unos mangos a Miguel atendà a señores a cambio de dinero en el
interior de la cabina mas grande, con tiempo como para tomar
los baños tranquilo e irme deslechado cada vez y con buena guita después que
Ramón (que ya no está), en cada oportunidad, me haya fregado la espalda mientras
me duchaba.
Las chicas
siempre estuvieron blanqueadas y fueron parte del folclore del lugar, pero la
prostitución masculina era el negocio oculto del golfo y del valet que se
hacia el boludo a cambio de muy buena propina.
Mismo
recurso que con el conserje nocturno del Park Hyatt o del Alvear.
Pero además,
la crisis arrastró a esta alcantarilla a la loca que por evidente en este lugar
nadie le da bola.
Y si antes estuvo ahÃ, sabÃa camuflarse. Loca que no entendió o no quiere saber acerca del perfil histórico del spa.
Este puto
cree que porque abundan las pijas colgando sin pose ni pudor, solo por
comodidad y para sensación de libertad, no por exhibicionismo, se puede servir
de un banquete que no es autoservicio y nadie lo invita.
Es la misma
loca que quemaba una tetera, y ya no se trata de la pobre vieja desahuciada.
Se trata del gay argento mezquino e individualista de cualquier edad (ni feo ni lindo), maltratado por la escasez y la histeria; sin respeto ni solidaridad, que pudo pagar la entrada o se la regalaron, entonces envolviéndose en una bandera igualitaria mal entendida interpreta la realidad de acuerdo a su prejuicio en un lugar que (aun cuando alguna vez fuera mixto) jamás logró ser diverso sino todo lo contrario: exclusivamente masculino y manifiestamente heterosexual.
No se te
ocurra tirarle una cifra a esta loca, ni siquiera para sacártela de
encima.
Húyele como
todos lo hacen y no por discriminación.
Hazlo por
autopreservación.
Sin embargo ese puto se te pega como una mosca por todo el circuito solo porque el aire es gratis, y como
no le diste bola, te sopesa el pedazo con desparpajo asomándose a tu box de
ducha desde el suyo como si estuvieran solos vos y él en un baño desértico del
cementerio de Chacarita.
Te imaginas cuan airadamente podrÃa reaccionar si le dijeras que no estás en la de él, y encima que queres laburar.
Le molesta
sobremanera que cobres por sexo, porque se arroga violentamente el derecho de
imponer sus reglas, empezando por la del mal gusto.
El acoso, el maltrato o el autoritarismo es solo maltrato, acoso o autoritarismo, venga de un puto de un macho o de una mina.
Luego, igual
como te podrÃa denunciar en ese lugar, te
critica anónimo descalificando y descreyendo del contenido de tu nota
en este blog en vez de interiorizarse (en este paÃs nos han mentido tanto) y lo
hace del mismo modo que el machirulo resguardado en el anonimato de su patota
de los años`70, que descalificaba y criticaba a la chica en minifalda
permitiéndose dudar a viva voz de su moral.
Algunas cosas de este mundo nunca cambiarán: Ya lo contó en la antigüedad Esopo en su fábula La zorra y las Uvas.
Sin embargo, los gordos están informados de que hoy ser puto no es un delito ni una deshonra. Si no les cabe no darán bola y si la visión de tu verga les hace ruido en el orto lo llevaran a terapia de acuerdo a la estructura mental que tengan.
Ojo, no seas boludo. Nunca la muestres públicamente al palo ni te pajees en presencia de nadie.
Suficiente con que se aperciban de tu calibre.
A lo sumo si un par de ojos deseantes o curiosos se fueron con disimulo más de una vez a tu montÃculo, sentate cerca del sediento agarrando un diario (está bueno que te lleves un libro), hace uno o dos ejercicios de Kegel (se trata de que frunzas el orto y la verga se te mueva sola aun dormida), después de eso cubrite con toalla e iniciá como si nada una charla varonil cualquiera.
Varios señores conocen que una práctica homosexual eventual puede ser el
condimento que le dé un sabor más intenso a su autopercibida heterosexualidad
pagando a otro macho para compartir, encauzar y experimentar su homoerótica
fantasÃa.
Estos buscan intimidad y sobriedad, no cruising ni adrenalina. El sacar su puto interior no los asusta (no tienen dudas de quienes son) pero no los morbosea si no es tras cuatro paredes.
No obstante se quieren ahorrar la frustración del rechazo, del remarla infructuosamente, de exponerse al pedo, o de encontrarse con algo que no era lo que esperaban sabiendo que el dinero y el sexo pueden ser un saludable y alegre intercambio de energÃas de suma practicidad, sin obligación de repetir, e igualmente respetable, porque están acostumbrados a estar con putas finas.
Son hombres de negocios igual que los escorts que guardamos secretos, pues por eso nos pagan.
Es sexo seguro, sin histerias ni compromiso, sin conflictos ni vueltas.Y en el caso de que seas un varón varonil, con más razón, porque el ocupar un espacio de puto (sin importar tu rol) aunque sea cada tanto, no pueden contárselo ni a sus Ãntimos amigos.
Pero irán con cuidado y serán mejor con vos que con una puta porque son machistas, y a un tipo que tiene los huevos bien puestos, ellos creen que deben respetarlo más que a una mujer porque se les puede parar de manos, entonces te trataran con calidad, y de igual a igual.
Ahà está la diferencia con mucho gay que te contrata o le gustarÃa contratarte.
El gay puede estar identificado con las mujeres de su árbol genealógico que decÃan que toda puta estaba sucia, era indigna y no tenÃa honra (después la sometÃa su marido, lo que es otro cantar) y te pone en ese lugar sombrÃo queriendo sentirse una señora. Entonces se queda solo con sus pajas.
Esta cultura capitalista acaso por recibir dinero refuerce ilusoriamente tu autoestima, y tal vez mucho gay sienta que pagando por sexo tambalea la suya, como si la plata no fuera y viniera y la autoestima se midiera con un cuenta billetes.
Pero además mucho gay quiere sexo sin compromiso creyendo inconscientemente que el amor y la reivindicación que en realidad anhelan no les corresponde, entonces a algunos el pagar por sexo los conecta con su fantasma de minusvalÃa.
Obviamente que nadie está obligado. Y no te sientas mal si también a vos que claramente cobras por coger te histeriquean.
Muchos te buscarán el pelo en el huevo aun cuando tus huevos estén bien depilados, o te lanzarán un NO después de sacarte toda la info porque querrán huevos con peluca, o porque la tenes muy grande y el gay es estrecho y no pagarÃa tanto solo por chupar, o porque sos muy viejo y para él maduro es 35 años, o aparentas menos edad de la que acusas, etc.
Es la misma paradoja de siempre del automaltrato y manoseo en espejo dentro de un colectivo históricamente maltratado.
Apuntá mejor en forma varonil, con onda y respeto, al target de hombres de aspecto muy masculino casados con mujeres o a los famosos.
Ese perfil paga bien, todo estará claro y nunca tendrás problemas.
Este miércoles en Colmegna, de este grupo amontonado por la crisis surgió Eduardo, que estaba con los gordos porque a alguno de ellos conocÃa.
Ni él ni yo perdimos el honor o el valor cuando nos pusimos a conversar de cualquier cosa, ducha frente a ducha, ambos enjabonándonos las pijas.
Yo estaba con banderita libre asà que como él estaba solo en Buenos Aires y tuvimos una charla entre hombres inteligentes, decidió contratarme.
Cenamos y
terminamos en su hotel.
Confieso que de entrada me pegó una cogida que me dejó humeando el orto para después desquitarme yo con el suyo, descartando el forro al final de la larga cabalgata que le di, llenándole la boca de guasca mientras lo pajeaba haciendo que escupiera su segundo abundante contenido.
Un capo este
empresario cordobés: Chapador, cogedor y cariñoso sin mariconeadas.
Quedamos para
el mes que viene.
Acaso la vida se trate solo de buenos momentos.
Pero quiero que recuerdes algo por sobre todas las cosas: No se trata de que se te pare la pija siempre o tengas culo bancador.
El cliente tiene que sentir que lo que haces con él te gusta. Por lo tanto, si no tenes la plasticidad emocional para disociarte como un gran actor que sobre el escenario te hace sentir lo que quiera, dedicate a otra cosa.
No es bueno ni malo. Se tiene o no se tiene el talento.
Te sugiero
que busques en esas coordenadas coincidentes entre el placer del que paga
y tu placer verdadero.
Eso te lo dará el olfato, la práctica y la experiencia.
Y nunca hagas aquello que va contra tus principios. Lo que vale para vos no tiene precio.