Por Acertijo | Hoy quiero hablar de un compañero de trabajo, con el que trabajamos en la fuerza somos de distintas divisiones trabajam...
Esta vez me tocó custodiar en el Hospital Militar. Abrà aplicaciones para ver si enganchaba algún soldado habÃa varios pero son muy reservados, casi imposible de concretar y eso que soy uniformado y se los aclaraba. Pero el miedo puede más.
Me rendà y me puse a leer el diario.
Estaba a cargo mi compañero asà que todos los movimientos que hacÃa tenÃa que consultarlos con mi superior.
Ese dÃa me pidió que le cebara mate. El mate es algo muy argentino con un mate da para muchas charlas e intimar, en este caso empezamos a conocernos más allá de los borcegos.
Me contó que tenÃa tres hijos que tiene 35 años. Que iba a gimnasio después de trabajar, que tiene placas y cursos hechos. Y me contó muchas experiencias que me sirvieron para el trabajo. Yo con veinticuatro años mucha experiencia no tengo.
Era mi turno le conté que tenÃa un perro, que estoy viviendo solo, que estoy estudiando criminologÃa y de “alguno” de mis gustos
Entre charla y charla salen muchos temas
De la nada salió la pregunta inesperada - y tenes señora?
Me puse rojo me tomo desprevenido me pise solo me puse MUY nervioso. Ya fue le digo la verdad; que soy gay y me la como doblada.
Se lo dije y me dijo - ¡ah mirá! yo una vez fui a AmeriK cuando era más pendejo-
Yo - usted es del mismo palo?
Le dicen Toro por qué es muy grandote tiene una espalda de la puta madre unas piernas de Rugbier pero no tiene abdominales marcados y tiene facciones de indio sureño. Macho hermoso!
El toro- me dicen Toro, tutéame, y no soy del palo pero cada tanto me como un putito.
Me puse nervioso Otra vez
Agarro el termo y el mate y empezó a cebar mate. Cada vez lo tenÃa más cerca; cara a cara. Ya sabÃa que me estaba provocando de alguna manera me estaba seduciendo pero eso no hacÃa falta yo estaba regalado para El Toro.
Empezó a tocar la camisa de mi uniforme me calentaba mucho después me habla en vos baja y me dice - mÃrese está todo mojado mire su pantalón a usted le parece bien eso?
Yo quedé mudo, callado me dejó sin hablar, no lo esperaba
El Toro- contésteme!
Yo - perdón señor
El Toro- acompáñeme.
Pensé de todo mientras los acompañaba, desde una baja deshonrosa, hasta ser el hazmerreÃr de mis compañeros cuando se enteraran. La fuerza puede ser terrible en este aspecto.
Al lado de la habitación del delincuente habÃa otra vacÃa. La sala era únicamente para los delincuentes, no habÃa civiles
Y el delincuente dudo que se diera a la fuga; estaba operado del corazón y todo cocido, con el pie amputado
Me metió en esa habitación se desprendió el pantalón y me empujó hacia abajo tenÃa una verga negra grande y venosa no me daba la boca para chuparla la disfrute me encantaba la idea de hacerlo con mi superior yo querÃa que acabara rápido me estaba doliendo la mandÃbula
Nos cubrió un silencio y a la vez por dentro lo disfrutaba mucho.
HundÃa su verga en mi boca hasta el fondo me daba arcadas, parecia que todo eso lo excitaba, lo hizo repetidas veces.
Me pregunto si tenÃa forro le dije que no y después me pregunto si me tomaba la leche…
Le dije que si
Yo me trepé por su pija, en ningún momento deje de chuparla estaba todo baboseado con el trapito del mate me secaba la saliva.
De repente me dijo: ahà viene dale que va
Y ahà no más me deje llenar la boca de leche y me lo tragué. Largó bastante; me encantó. Cuando me pare me dijo no te lo hubieras tragado y le dije que no era nada al contrario su leche era rica. Me preguntó si yo iba a acabar y le conteste –que no.
Me abrazo de atrás y empezó a besarme el cuello y me empezó a masturbar y si; entonces acabé con un súper chorro de leche.
Pasado eso nos reÃmos de la situación nos acomodamos el uniforme y salimos al pasillo
No olvidamos al delincuente que seguÃa ahÃ. Estaba en donde tenÃa que estar, al salir nos topamos con la enfermera que traÃa la medicación del preso.
Deje en claro que no querÃa llevarlo al trabajo me gustó la pase muy bien pero que no confundiera las cosas
Se sorprendió cuando le dije eso y quedo todo más que bien
Ahora cada tanto charlamos y nos vemos para hacer algo pero muy pocas veces…
Una vez cada tanto, muy cada tanto, nos vemos y nos matamos un rato
No estoy enamorado, no estoy enganchado si admito que me encanta encamarme con el toro
Me encanta el lomo que tiene. Mi superior (El Toro).