Por Mariano Sepúlveda | Voy a tocar un tema que sé que es por demás urticante para la gente que puede leer esta pagina, pero tiene que v...
Es que a mà me gusta el cuerpo de otro macho, me gustan los olores, los pelos, estoy totalmente atraÃdo por lo que implica estar conectado sexualmente con un ser del mismo genero, me encantan los códigos, las complicidades y todo lo que pueda hacer de esta noche, la mejor noche de nuestras vidas.
Tampoco es que pido mucho, ya se me pasó la etapa idealista donde esperaba al tipo que me aceptara a mi con todas mis cosas, mi carácter, berrinches, el laburo y sobre todo con dos hijos. Ahora -terapia mediante- vivo el presente y todo lo que pasa en la actualidad.
NO consumo para nada lo que se ha dado en llamar CULTURA GAY, no soy de ir al boliche de moda, ni al sauna, no fui, ni voy, ni irÃa a la fiesta Plop a levantarme pendejos, ni la Ambar, la Loca o la Dorothy, menos que menos a AmeriK, tampoco me visto en las casas que están en onda, o llevo la marca que es "Cool", me parece toda una parafernalia innecesaria porque para que negarlo se me da muy bien levantar en cualquier lado, creo que ahora no estamos circunscritos a una sola zona como era en los 80' o 90' donde si no caminabas por Santa Fé no habÃa vida. Por otra parte me parece que esto de circunscribirnos a un determinado núcleo, nos vuelve gueto.
Si dos mujeres se besan delante de un grupo de personas, habrá un gran número de explicaciones para su comportamiento: que si la sexualidad femenina es mucho más libre que la masculina, que son más receptivas a los estÃmulos que las rodean y menos a sus prejucios o que para ellas es más sencillo sentirse excitadas por otra mujer. Además, es probable que sus propias parejas varones las animen a hacerlo.
No ocurre lo mismo con los hombres heterosexuales: si en una fiesta un hombre besa a otro en la boca, o le nalguea el culo –actos considerados normales dentro de la heterosexualidad femenina, la explicación sólo puede ser una, y es que es un homosexual reprimido.
Tal vez todos estos planteos me surjan porque estoy leyendo un libro cuya autora es una profesora de la Universidad de Riverside en Nueva York que acaba de publicar Not Gay: Sex Between Straight White Men (NYU Press), en el que defiende la flexibilidad sexual masculina y explica cómo los hombres heterosexuales buscan excusas para masturbarse en grupo, tocar mutuamente sus genitales o, directamente, intimar con otros varones… Pero en contextos que ellos no considerarÃan sexuales. Y SI, LO TENGO QUE DECIR AUNQUE SUENE MACHISTA. ME LLAMA LA ATENCIÓN QUE LA AUTORA SEA MUJER, PORQUE SABE MUY BIEN DE LO QUE HABLA.
De los baños de las teteras, hasta las bandas de motoqueros pasando por las fiestas de fraternidades –como los elephant walks, ritos de iniciación en los que los recién admitidos deben introducir sus dedos en el ano de sus compañeros, y en algunos casos olérselos, o los bro-jobs –dos flacos en paja cruzada, masturbándose mutuamente por pasar el rato, Ward ha localizado un gran número de contextos donde hombres heterosexuales se las arreglan para llevar a cabo actividades inequÃvocamenente sexuales. Al contrario de lo que la sexologÃa y la sociologÃa habÃan establecido hasta ahora, los varones no intiman con otros varones tan sólo en contextos de necesidad y ausencia de mujeres –como en una cárcel o en el servicio militar, sino que también lo hacen incluso cuando no hay ninguna escasez.
MUCHACHOS LO HACEMOS EN EL GIMNASIO!!!
Toda esta lectura me hizo acordar a mi época “hetero” ¡si tuve una fase! Donde salÃa con la que fue mi mujer y tuve a mis dos hermosos hijos. En esa época se me daba muy bien esto de ir a jugar al futbol y estar en bolas en el gimnasio, lugar donde tuve mis primeros encuentros con otros hombres, hablo de encuentros con “penetración” y fue en la escuelita de fútbol del nene donde otros papis venÃan y me hablaban de lo bien dotado que estaba, algunos mostrando su propia chota para comparar, o donde el hecho de estar en bolas daba pie para hablar de la pobre vida sexual de algunos matrimonios.“No hay ningún lenguaje que circule cotidianamente que ayude a los heterosexuales a explicar sus encuentros sexuales con otros hombres, mientras que las mujeres tienen un gran número de narrativas socialmente aceptadas a las que pueden aferrarse”.
Lo que tal vez no tenemos en claro cuando estamos en esos menesteres es que los hombres somos más corporativos, tenemos espÃritu de cuerpo, nos arreglamos mejor entre nosotros, podemos almorzar sin la remera puesta, con una baranda a macho que mata, pero cuando estamos con la “minita” nos tenemos que afeitar, bañar y poner bien porque…. TodavÃa no sabemos a ciencia cierta por que... Algunos dicen que damos amor por sexo, mientras que las mujeres se dejan, tienen sexo con nosotros porque lo que quieren es amor y toda la previa, mientras que nosotros queremos solo "ponerla".
De hecho mañana mismo si se diera el caso podrÃa casarme con otra mujer y tener hijos sin creer por eso que he traicionado el origen biológico de mi sexualidad, porque me veo a mi mismo como pansexual.Cuando el macho está solo entre machos se banca hedores, olores, borracheras, estando con permiso con la libertad que da el alcohol o las drogas, hasta se deja chupar la pija y tal vez entrega el orto, todo para luego poder echarle la culpa a la libertad que le dio el alcohol o el porro. Cuando estamos en horda algo de nuestra naturaleza intima se impone, se revela y todos “sabemos”, pero si hay alguien de otro género, tenemos que guardarnos nuestras intenciones.
Creo que reservo para mi algo de esa esencia y cuando me encuentro con un hombre en mi cama quiero hacerlo justamente con él, con EL HOMBRE, no me interesa toda la cultura gay o queer que pueda haber detrás, no me interesa hablar en femenino, ni sacarle el rol ni el papel a una mujer, porque sino voy y me encamo con una, que también tiene lo suyo. ¿Ustedes que piensan?