Por Clark | Ellos son nudistas como yo. Los conocà en Chihuahua hace un par de años y nos hicimos Ãntimos. Nos queremos, nos respetamos y ...
Ella es una rubia glamorosa, espléndida, ucraniana con el
cuerpo de Jennifer López, y él un morochazo de ojos verdes que está más bueno
que un chocolate suizo.
Sin embargo se la pasan tirándome ambos piropos afectuosos.
Con Pablo compartimos cosas de varones:
Fútbol, vestuario, cervezas, los autos. Charlamos de nuestros intereses en común mientras nos
duchamos el uno junto al otro. Meamos los yuyos codo con codo cuando estamos en el
campo, y obviamente, los tres, compartimos la desnudez del verano en lugares
nudistas con otros amigos del palo.
Irina, bella como pocas, siempre me elogió el culo y la verga dormida. Dice
que mi rostro de perfil es perfecto. Conversamos de arte, de psicologÃa y de
poesÃa.
Pablo, de piernas imponentes y piel de aceituna ama mi brazo
tatuado, pero no se anima al sacrificio de un año largo de agujas entintadas.
Me ha dicho que quisiera tener mis hombros, mis pectorales peludos porque es lampiño y no sabe que sus ojos verdes cuando habla, todo lo iluminan.
Me ha dicho que quisiera tener mis hombros, mis pectorales peludos porque es lampiño y no sabe que sus ojos verdes cuando habla, todo lo iluminan.
Y un dÃa tomando sol en pija al borde de la pileta con las
piernas abiertas, desde su reposera, en pija él también, se entró a cagar de la
risa del tamaño de mis pelotas.
La otra noche me invitaron a cenar.
A mà se me presentó un inconveniente financiero que ellos
conocen.
Al final, a los postres, Irina con el champagne trajo un
sobre que me entregó.
-Este es un regalo de los dos -dijo con su castellano
atravesado- asà resolvés más rápido tu problema.
Eran dólares que no quise aceptar, sin embargo ella argumentó
que los tres éramos personas de negocios con honor, y que esto era el pago por
lo que yo debÃa hacer por ellos:
Cogérmelo a Pablo y ella mirar.
No me lo esperaba y ya dije que Pablo está refuerte. Tiene
una boca para comérsela, ojos de gato,
un cuerpo atlético y una pija más chica que la mÃa, pero todo bien, porque su orto
pulposo y bronceado es una tentación para todo el que le gusta ponerla, y el
hecho de ser hétero y virgen del culo me ratoneaba mal.
Con risitas nerviosas Pablo argumentó que era idea de ella y
que tenÃa que ser yo, porque me conocen, y él no se bancaria la vergüenza de ofrecerle
el culo a otro macho con el que no tuviera tanta onda y confianza, pero además
por mi experiencia, sabÃa que lo cuidarÃa y no lo harÃa sufrir.
-Dale Pablo! - dijo ella - si ya me dijiste que tiene una
hermosa pija mi amor… y que es el único hombre
con el que cogerÃas.
Él se puso colorado y a mà la verga se me puso dura.
Terminé mi champagne, tome las tres copas, la botella, y
enfilé para el cuarto.
Ellos se estaban besando.
Lo que pasó después, para mÃ, es moneda corriente si no
fueran amigos.
Me senté en un butacón pelándola y les pedà que se arrodillaran
los dos y se besaran pegados a mi verga.
La que se prendió fue ella mientras él esperaba que me soltara el ganso para respirar y besarle la boca, entonces lo tomé de la nuca y lleve suave su
cabeza que fue llamada como un imán por mi otra cabeza, la de mi pija, para entrar a mamármela como un ternero guacho mientras ella miraba fascinada.
Mi verga estallaba moqueando en el medio de los dos siendo
saboreada por ambos, usándola como puente de fuego para besarse, mientras se miraban con
amor.
Todo era rojo y lava.
Glande inflamado, labios ardientes, lenguas en llamas.
No soltaban la cabeza. El tronco entero se bañaba chorreando baba y precum que llegaba frÃo a mis pelotas.
Todo era rojo y lava.
Glande inflamado, labios ardientes, lenguas en llamas.
No soltaban la cabeza. El tronco entero se bañaba chorreando baba y precum que llegaba frÃo a mis pelotas.
Con cariño la baje a ella hasta allà para sentir su calor en mi escroto y lo tomé a él de ambas mejillas para marcarle el ritmo de la mamada.
-Dejame el tronco limpito Pablito querido
Ella supo tragarse mis dos huevos aunque con cierta dificultad mientras él chupaba.
-Dejame el tronco limpito Pablito querido
Ella supo tragarse mis dos huevos aunque con cierta dificultad mientras él chupaba.
Luego saliva y un dedo en ese orto masculino.
Él gimió y ella le puso una teta en la boca.
Pidió que le retire el dedo y entonces bajé de mi estrado, me puse por detrás y le entre a
chupar ese ojete cerrado, hermoso, con
ese olor a culo limpio pero conservando su aroma natural que me enloquece y se encuentra
solo en un varón que no entrega el orto como hábito.
Los buenos pasivos al higienizarse antes de coger para cuidar que el macho no se espante sacándola embarrada pierden su olor natural a culo.
Me
incluyo, y por tanto más de un cliente me quiere sucio
Entonces dejé que se entusiasmara chupando concha en cuatro y empecé a puertearlo.
Lo hice respirar hondo. Le entró mi cabeza y levantando la cara
de la entrepierna de su mujer, empezó a pedir desesperado: -Sacala que me
cago!, sacala que me cago!
Irina y yo comenzamos a cagarnos de verdad, pero de la risa.
Lo intentamos más tarde, después de terminarnos otra botella, y aun cuando ella en sesenta y nueve le comÃa la pija mientras yo
se la enterraba con mucho gel, cuidadoso y hasta el fondo, no pudo soportar la
sensación de tenerla toda adentro.
Mientras él se quedó a vivir sentado en el bidet, abrazados
y en pelotas con Irina, tuve que hacer de psicólogo para hacerle entender que
se conformara conque hubiera chupado pija. Que eso lo hacÃa más open mind que a cualquier chongo básico.
La mina lo querÃa puto. Andá a conformar a una mujer.
Le tuve que hacer saber que no todos los tipos tenemos como
zona erógena real el culo y al mismo tiempo la pija, y que la mayorÃa fantasea
más chupar chota, y a la hora de comérsela le pasa lo que a Pablo.
En realidad no estoy tan convencido de eso. Creo que es
cosa del deseo, de práctica, decisión y valentÃa. Solo una cuestión mental. Pero no soy el dueño de la
verdad.
Tuve que hacerle saber que Pablo accedió por amor a ella y
que yo habÃa sido honrado por ser considerado el candidato.
Irina besándome largamente en la boca y acariciándome el
rostro terminó diciéndome que si no supiera que yo no la elegirÃa, se quedarÃa
conmigo.
Reconozco que me hizo tambalear. Que me llevó a otros
tiempos, a otra vida, cuando estuve serenamente casado con una mujer enamorada
de mÃ, y no habÃa tenido que luchar, hasta que me enamoré de un hombre, contra
este mundo de mierda perdiéndolo todo.
Él está loco por ella. Los quiero juntos. No todo es
posible.