Mr. Brightside | Domingo al mediodía, totalmente embolado. Me mude a un barrio donde no pasa NADA , donde las apps de levante están muer...
Mr. Brightside | Domingo al mediodía, totalmente embolado. Me mude a un
barrio donde no pasa NADA, donde las apps de levante están muertas, donde no
hay nada que se parezca a una tetera... Y lejos de mis garches de la agenda
habitual. Me metí en un chat para agotar un último recurso antes de superar la
paja que me daba tener que salir de casa (y del barrio) para conseguir garches.
Venia tan muerto como esperaba, pero después de unos
minutos, me contesta uno con un nick genérico de la página. Hablamos un poco de
que le iba a cada uno. El treintañero, activo, casado, de trampa, muy
reservado, muy poca experiencia con otros flacos. Sonaba muy bien. Le dije de
venir a casa y acepto de una, ya que su cónyuge estaba trabajando en ese
momento. Tenía que ser en ese momento porque a las 6 volvía.
Llego en menos de 30 minutos. Me encuentro con un buen
macho. Rellenito, pancita, apenas un poco más bajo que yo, pelo corto, barba de
unos días, bermuda de jean y camiseta de River. De esos chabones que ves en la
calle con la mujer y ni en pedo se te ocurre que le puede caber estar con otro
tipo. Cuando entramos me pidió un vaso de agua. Lo notaba un poco nervioso. Le
dije que no tenía que estar incomodo, que si no le iba yo física o
actitudinalmente o si no se animaba a hacer nada, no pasaba nada. Se quedó
quieto.
Yo de frente a él. Tímidamente puso una mano en mi cintura, me acerco
un poco a él y me dio un beso suave, casi imperceptible, en mis labios. Yo
atine a tomarlo de la mejilla y devolverle la gentileza. Eso lo hizo bajar un
poco la guardia. Ahí me tomo con ambas manos, con un poco más de firmeza y me empezó
a besar con más pasión, con más ganas. Yo también le redoble la apuesta, y lo
afirme bien contra mi cuerpo, mientras mis besos bajaron a su cuello, y cuando volví
a su boca, no me limite a sus labios. Invadí su boca con mi lengua, mientras
con la mano que antes acariciaba tiernamente su cara ahora la había subido a su
cabeza y comencé a tomarlo del pelo, tirándoselo suave pero con la suficiente
actitud como para que lo sienta. Todos esos pequeños pasos lo iban aflojando
cada vez más. Estuvimos besándonos muy acaloradamente un buen rato hasta que
tomo una de mis manos y la puso en su entrepierna. Estaba que estallaba. Estuve
acariciándole la pija por encima del pantalón mientras el suspiraba profundo.
Momentos después, mientras el tímidamente me empezaba a acariciar el culo por
sobre el pantalón, yo lo imite, pero no tan tímidamente.
Mi mano fue por dentro
de su pantalón. Y mis dedos buscaron su hoyo. Solo posar la yema de mi índice
en la entrada de su orto sirvió para que lance el primer jadeo. Cortito, como
si quisiera contenerlo pero se le escapara sin querer. Con la otra mano ya le
estaba bajando el cierre...
Su chota salto desesperada de la prisión de ese pantalón y ese bóxer gastado, y no tarde en bajar y
darle un chupón de bienvenida. El tipo estaba maravillado. Mi mano nunca
abandono su culo. Con la otra le acariciaba los huevos. Le hice una buena
mamada, bien profunda ya que no cargaba mucho. Mientras lo peteaba solía
dirigir mi mirada hacia él. Sus ojos estaban en otro plano. Me trataba de
marcar el ritmo con la mano, pero estaba tan ido que ni noción del ritmo tenía.
Me subió y me empezó a besar con más ganas que antes. "Qué lindo que
sos!" me dijo. Me dejo helado, pero me endureció la chota muchísimo mas.
Tremendo pedazo de heterosexual, derritiéndose por otro varón!
Le di paso a la habitación. Mientras yo me iba desvistiendo,
el quedo sentado en la cama. Me iba sacando la remera, y él me bajo el pantalón
y el bóxer. Quedo con mi pija al palo frente a él, mientras me iba aflojando
las zapatillas así, de parado. Lo vi como hipnotizado. "La queres?",
le pregunte. No contesto, pero no dejaba de mirarla. Puse mi mano en su nuca y
lo acerque a mi chota. Abrió instintivamente la boca. Se la fue comiendo
despacio, con torpeza, con mucho diente. Pero se notaba que se la quería tragar
toda. Quizá queriendo devolver la gentileza (aunque yo tengo más experiencia, y
un poco más de mercadería ahí abajo que lo que tenía el). Lo fui guiando
despacito. Y el gustoso. "Te gusta? La estas disfrutando?", le
pregunte. Su respuesta fue querer comérmela de una a fondo. Su raspada de
dientes me hizo instintivamente empujarlo y mandarle un manotazo a mano
abierta. "Que haces? Despacio!". Apenas lo hice recule. "Este
flaco ahora me caga a piñas!", pensé interiormente. "Perdóname
amor", fue su respuesta. "Como me dijiste?", le pregunte. No respondió,
solo volvió a chuparme la pija. Se la saque de la boca para comerlo a besos y
empezar una larga franeleada en la cama. Luego de la cual, él solito bajo, sin
que yo le diga nada, a comerme la pija de vuelta. "Mira vos la gallina
puta, se hace el macho en la calle y ahora este bostero lo tiene comiendo pija.
Te gusta la pija bostera, gallina?".
Eso lo encendió. Me la empezó a
chupar con más ganas. En un momento intento volver a subir a besarme y le
empujo la cabeza nuevamente hacia mi pubis. "Quien te dijo que dejes de
chupar pija, gallina? Acá mando yo!". Volvió a bajar sin chistar.
"Viste como te gusta la poronga, puto! Que le vas a decir a tu jermu
cuando vuelva de laburar? Que te comiste una pija más grande que la que se come
ella?". Intento volver a subir, y ahi le mande otro palmetazo. "Te
dije que dejes de mamar? Me largas la chota cuando yo quiera!". Mientras
me mamaba, seguía jugando con su agujero, y poquito a poco iba entrando un
dedo. Cada milímetro que entraba lo gozaba como el mejor. Finalmente lo deje
subir. Me beso con todas las ganas. Más franeleo. El intento pajearse y le
saque la mano. "Te dije que te toques? La pija la usas cuando yo te
diga". Seguíamos franeleando y ya empezaba a entrarle un segundo dedo.
Trato de pajearse un par de veces más, y repetía la acción de sacarle la mano y
recordarle quien mandaba. El flaco aceptaba mansito. Al tercer o cuarto intento
de manotearse, le agarre la mano, la puse sobre su cabeza junto con la otra.
"Parece que la gallina chupapija no entiende que acá el que manda es el
bostero... Si te digo que no te pajeas, NO te pajeas, entendes?" Agarrándome
la chota le dijo "Acá tenes una verga para pajear, pero con la garganta.
Te gusta?". Ante su afirmativa, le digo "A ver, dale. Mostrame como
te gusta". De cabeza se me fue a chuparme la pija. Me empecé a reír, adrede.
"Mira vos este que se la viene a dar de macho con su camiseta de River
como se traga la pija de un bostero. Que puto que sos!". Acto seguido,
encierro su cabeza entre mis piernas y le empiezo a coger la garganta. Obvio
que no aguanto mucho sin ahogarse. Lo libere. Volvimos a franelear y besarnos.
"Quiero cogerte" me dice. Inmediatamente me pongo boca abajo.
"Dale, cogeme! Da vuelta este partido que lo estás perdiendo por goleada
gallina puta". No tardo en agarrar un forro y ponérselo. Me puse en cuatro
y le ofrecí el orto de par en par. "Dale, que esperas?
Rompeme el orto!
Mostrame quien es el macho acá!". Me hizo tragar mis palabras. Me la mando
de una. Estaba durísimo. El impacto fue fuerte, pero se quedó quieto, lo cual
me sirvió para soportar mejor el impacto y acostumbrar mi hoyo a su poronga. Se
movía tranqui, lento. "Eso es todo lo que tenes? Así queres cogerme?"
le digo, extasiado. "Vamos despacio amor", me dice. Ahí me hizo bajar
un cambio a mí. Subí para besarlo un toque. Eso lo calentó. Empezó a moverse un
poco más. Pero paraba a cada rato. Era obvio que tenía el lechazo en puerta y
no quería largarlo. "Dale gallina, me tenes ensartado hasta los huevos,
sin defensa papa! Goleame! Llename el área gallina! Mostrale a este bostero
quien es el campeón!". Me empezó a dar con ganas, pero al ratito salió.
No, no había acabado. "Para un poco! Que no quiero acabar todavía. Me
estas matando! Nunca había cogido así!", me dice. Ahí lo di vuelta yo. El chabón
no se si no entendía, o entendía muy bien lo que iba a pasar y tenía terror del
siguiente paso, pero como que se resistía a terminar de quedar con el culo
expuesto. "Te voy a tener que mostrar yo lo que es un macho parece",
le digo. Y acto seguido hundo mi lengua en su hoyo. No paraba de gemir. Me
arqueaba el ojete para que le entre más a fondo. De nuevo intento pajearse.
"No te pajees! No era que no querías acabar? Ahora te la vas a tener que
bancar gallina trola! Este bostero te va a reventar el área". Mientras decía
eso ya estaba sacando el forro del envoltorio. Lo empecé a puertear. A pesar
que con la comida de culo que le pegue le llegue a puertear 3 dedos, se resistía.
Costaba. Tuve un poco de piedad. "Si queres paro. Discúlpame si te forree
hasta ahora" le dije. Quizá el chabón se estaba sintiendo re violado.
"No por favor, seguí, no pares. Es la primera vez que me la ponen.
INVADIME EL AREA BOSTERO". Ufff como me puso que por fin me siga el juego!
Lo puse bien en cuatro, culo bien parado, le apunte la chota al hoyo, y
tranqui, sin prisa pero sin retroceder ni un centímetro, fui entrando, muy de a
poco. Costo, no fue fácil. Ese hoyo sí que era a estrenar. Él se la banco bien.
Derrotado, pero con entereza. Llegue a hacer tope con mis huevos. "Te la
comiste toda gallina. Ahora vas a gritar mis goles como si estuvieras en el
Monumental puto!", le dije, le empecé a serruchar el orto con todas mis
fuerzas. Que hermosos gemidos que largaba! Se la estaba re bancando, y disfrutando
a full. Me re calentaba estar rompiéndole el culo a este macho.
Lo lógico sería
que el me la mande a guardar. Pero ahí lo tenía, todo ensartado, jadeando de
placer por mi pija en lo más profundo de su culo, con mis huevos chocando con
los suyos. Lo tuve un buen rato dándole, hasta que yo también sentí el lechazo
llegando, y tampoco quería cortarla. Se la saque, y me recosté boca arriba, con
la intención de seguir franeleando, pero el en cambio eligió sentarse y comerse
la chota por el culo de una, solo, sin ayuda, y me empezó a cabalgar. "Ah
como te gusta la pija gallina! Te voy a romper el culo pedazo de puto!" Lo
agarre de la cadera y le empecé a taladrar el orto con furia. "No me lo
vas a romper, me la voy a bancar como macho!". Estaba difícil aguantar la
explotada de pija! En una de las subidas de su cabalgada aproveche para correr
la chota y sacársela (si seguía reventaba!). "Ya precalentaste? Ya estas
para volver a entrar y dar vuelta el partido? Dame vuelta y reventarme a goles
gallina! Mostrame lo macho que decís que sos!". Patas al hombro, me dejo
el hoyo al aire y me ensarto de una, como la primera vez. Intentaba darme duro
pero parecía que no sabía manejarse en esa pose. Opte por ponerme en cuatro. Ahí
el ángulo no era muy profundo y se salía. Probamos en cucharita. Me garchaba
con ganas pero faltaba un poco más de garra. "Y? No me querías golear?
DALE FLACO, COGEME!", le digo, y empecé a pajearle la pija con el orto con
toda la furia... Ahí por fin tomo el el control. Me puso boca abajo, me ensarto
y me empezó a dar con todo. No tardo mucho hasta decir que estaba por acabar.
"Que me queres llenar, el culo o la boca?". Eligio lo segundo. La
saco y en apenas segundos su pija estaba reventando en mi garganta, mientras yo
me pajeaba enloquecidamente. Yo también estaba por acabar. Se lo digo, y como
un imán su boca se fue a mi poronga y se la trago a fondo justo a tiempo para
recibir todo el fruto de la calentura que me generó en todo este partidazo...
Me dejo seco!
"Había estado con un par de flacos, pero me habían
chupado la pija nomas. Se la quise pone a uno pero se rompió el forro y se me
bajo. Vos me re gustaste apenas entre. Venia yo a cogerte a vos y me terminaste
haciendo el orto a full. Nunca me calentó tanto alguien como vos hoy",
fueron sus palabras post-garche. Le pregunte si le molesto que lo tratara de
puto, y me dijo que no, que al contrario, que yo sea bostero y lo humillara por
gallina lo calentó muchísimo mas, que no se la esperaba. “Terminamos empatados
al final. Tenemos que tener una revancha por los puntos", le dije. Casi
cuatro horas a puro garche estuvimos, y por supuesto que prometió volver...
Yo no soy bostero. Ni siquiera me interesa el futbol. Pero
humillar a este macho a mi también me calentó y me morboseo como pocas veces me
paso en la vida.