Por Mateo Saavedra - Otra de mis anécdotas de viaje, les cuento una de larga distancia. Desde hace dos años agarro viajes de la onda work...
Por Mateo Saavedra - Otra de mis anécdotas de viaje, les cuento una de larga distancia. Desde hace dos años agarro viajes de la onda work and travel en países limítrofes, generalmente voy con alguien que ya conozca pero en el ultimo viaje me anime a estar solo.
Conocí bocha de gente copada y pude recorrer bastante al decidir mi propia ruta de viaje. Llegando al final de la travesía, venia parando con un grupo de chicos que eran de Buenos Aires y me habían hecho un lugar en el departamento que estaban alquilando, coincidimos en que nuestros viajes terminaban en la misma fecha pero ellos ya habían sacado pasaje y yo no, para cuando fui a buscar en el mismo micro que ellos ya no había lugar así que saque para el mismo día pero a la noche ya que ellos salían a la mañana. Después de las despedidas, ellos subieron al micro y yo me quede solo hasta la noche.
Deje mi bolso en la guardería de la terminal y salí a recorrer, decidí dejar las compras y el centro de la ciudad para la ultimo así que me interne en un camino dentro de una reserva, recorrí varios kilómetros hasta llegar a un lago un tanto escondido, en el camino tenia el deseo y el morbo de cruzarme a alguien pero nadie apareció en así que mas que una paja entre los árboles no hubo. En la playita había bastante gente pero nadie de la onda o por lo menos no busque demasiado, aproveche más para descansar y tomar el último sol que me quedaba de esas largas vacaciones.
Comprando algunos recuerdos y otras boludeces trate de fichar el paisaje pero no todo funciona tan fácil como en Capital, nadie picaba la onda de las miradas. No tuve demasiada suerte online tampoco y eso estaba siendo bastante frustrante asi que lo deje por un rato.
Llegando ya la noche me quede en la terminal después de cenar por ahí, estaba bastante fresco. Sabia que el amparo de la noche podría traer nueva fauna asi que hice un par de exploraciones alrededor pero sin suerte, de vez en cuando iba al baño pero estaba igual de desierto y la gente que pasaba era también viajera. Aparentemente mi micro era uno de los últimos en salir porque cada vez quedaba menos gente en la terminal. Seguí paseando por los alrededores, mas haciendo fuerza para no dormir que esperando encontrar algo.
En una de esas vuelvo a la terminal y me meto al baño. Estaba uno de los cubículos ocupados y un chabon con campera y capucha en los mingitorios, ya sin esperanza paso a un mingitorio justo cuando el que estaba en el cubículo salía y el chabon de la campera se estaba lavando las manos, yo lo miro, no me pareció para nada de la onda pero perdido por perdido me quedo mirando, el pareció no registrar nada pero cuando salio del baño me tiro una mirada. Yo me quede dudando; ¡había sido algo o simplemente me miro porque se dio cuenta que le clavé la mirada?
Después de un rato de esperar que el chabon vuelva, salgo desganado. Al llegar a la entrada de la terminal, donde paran los micros, me quedo en la puerta y veo al chabon con la capucha apoyado en una de las columnas a unos metros. Me acomodo de forma que me pueda ver y le tiro miradas de vez en cuando, el se me queda mirando un rato y me hace una seña con la cabeza, yo le hago otra e inmediatamente el chabon entra a la terminal y arranca para el baño. ¡Yo lo sigo, sonriendo porque se me había dado!
Ya en el baño el chabon se estaba pajeando en el mingitorio cuando entré, al toque me pongo al lado pelo mi verga y nos pajeamos. Se la agarro y pajeo un rato, el chabon miraba a cada rato a la puerta. Le hago señas con la cabeza para ir a un cubículo, el chabon sonríe: -¿te la querés comer?
Yo asiento con la cabeza y el chabon me mete en el cubículo, pela la pija, una pija linda, de cabeza rosada. Me siento en la tapa del inodoro y empiezo a chupar, el chabon pega un tremendo bufido y me acaricia la cabeza, con ternura. Gente entra al baño, a un cubículo de al lado. Nos miramos, yo con su pija en la boca y seguimos, el chabon reprimiendo sus gemidos. Yo sigo mitad chupando y mitad pajeando, no se si era la abstinencia pero fue una de las pijas mas ricas que chupe. Seguimos así por un buen rato, hasta que la persona que estaba al lado se va y el chabon sintiéndose mas libre me empieza a cojer la boca, no bruto sino alternando ritmos, fue muy bueno. Me la saca de la boca, me agarra la mandíbula haciendo que lo mire: -¿querés leche?
Yo asiento y me la vuelvo a meter en la boca, al ratito el chabon me la saca y empieza a pajearse, se agarra de la pared y empieza a gemir, me acabo en toda la cara. Después de calmarse los espasmos, me pasan unos pañuelos de su bolsillo para limpiarme. En eso se escucha que entra mas gente a lo que aprovecho para terminar de limpiarle la pija, que el me saca y guarda haciéndome un gesto de que si seguíamos iba a volver a ponerse duro. Yo me río. Cuando se fue la gente salimos con cuidado, el salió directamente, yo me quede para terminar de limpiarme la cara y para cuando salí afuera ya no estaba, o sea que no estaba esperando un micro. Al rato llego mi micro y dormí todo el viaje satisfecho.