Hola soy Juani, tengo 24 años y quiero contarles de mi primer trÃo. Soy un pibe normal, flaco, 176cm, barbita, pelo corto, de pija ando bien...
Hola soy Juani, tengo 24 años y quiero contarles de mi primer trÃo. Soy un pibe normal, flaco, 176cm, barbita, pelo corto, de pija ando bien, suelen decirme que es bastante gorda y mi orto se ha bancado varias cosas en este tiempo jaja.
Esto sucedió cuando apenas tenÃa 19 años. Vengo de un pueblo chico y mudarme a capital fue todo un descubrimiento para mà sexualidad. Debute a los 18 y desde ahà no paré, tenÃa que recuperar el tiempo perdido jaja, tantas pajas pensando en mis compañeros del secundario y sin poder hacer nada. Después de un tiempo largo de haber debutado y de divertirme bastante, conocà a un brasilero. Grandote, 187cm, 32 años, tenÃa el pecho marcado, unos brazos impresionantes y una verga que era hermosa por donde la mires. Peluda, gruesa, larga, las venas se le marcaban cuando se le ponÃa bien dura y eso me excitaba muchÃsimo. Cuestión que me garcho varias veces, cada vez que iba a su casa me volvÃa con el orto en llamas. Cómo me cogia ese brasilero!!! Con mucha violencia, agarrándome del cuello y yo no paraba de gemir. Después de varios encuentros fogosos, me escribe un dÃa diciéndome que estaba con un amigo, si querÃa ir y hacer algo los tres. Me dió mucho morbo al principio pero también miedo. No sabÃa si iba a poder bancarme dos pijas, ya el brasilero era bastante potente como para que encima me garche otro más un buen rato. Pero bueno la calentura me llevo a decir que si.
Y no me arrepiento.
Llegue tipo 23hs del domingo a la casa, estaba muy nervioso. El amigo era un rubio divino, grandote también y sin dudarlo ni bien entre al departamento me recibió con una manoseada de orto. SentÃa que me mojaba. Esa mano inmensa agarrándome la cola. Ya querÃa ver como uno de sus dedos bien gordos entraba. Nos besamos los tres, ahora tenÃa una mano de cada uno en mi cola y yo una mano en cada bulto frotando suave mientras nuestras lenguas se llenaban de saliva y nos mojaba la barba. Me calenté lo suficiente como para bajar y abrirle la bragueta al rubio y ahà estaba esa verga. Me animarÃa a decir que más grande que la del brasilero, con unos huevos rosaditos y alrededor pelitos dorados. Sin dudarlo me la metà en la boca, entera. Sentà su gemido y su mano en mi nuca. Chupe chupe y chupe, pase mi lengua por todo el tronco, por el glande, y toda su chota me ocupaba la cara cuando le chupaba los huevos. Mientras seguÃa haciendo mi trabajo, siento en mi mejilla la pija del brasilero. Cambié de posición y sin aviso me cogió la boca, sentÃa que me ahogaba. Nunca antes habÃa sentido como una verga entraba y salÃa de mi garganta casi sin dejarme respirar. Mientras tanto, el rubio se encargó de bajarme el short y empezar a pasar su lengua en mi orto. Ahà me relajé, goce y seguà chupando. TenÃa una lengua en mi orto comiéndomelo bien profundo y una pija en mi boca que no paraba de mojarse.
Un dedo me lleno de placer, el segundo me hizo gemir y cuando pensé que se venÃa un tercero sentà como su verga venosa empezaba a entrar en mi agujero. Me dejó inmóvil, sentÃa que no terminaba de entrar, me dolÃa y disfrutaba. GemÃa pero a la vez tenÃa mi boca llena de pija. Me relajé y empezó el movimiento. Entraba y salÃa bruscamente con chirlos de por medio. Me cogió en 4 en el piso, sentÃa fuego por dentro. Me puse bien puta, mis gemidos eran cada vez más fuerte y al brasilero le encantaba que lo haga con su pija llenándome la cara. Entre los dos me tiraron en la cama. Hubo cambio de roles. Mi orto me latÃa pero se venÃa la pija a la que ya estaba acostumbrado, la pija del brasilero. Entro de una, ya estaba bastante abierto. Me cogió en esa cama y me dió vueltas de mil maneras mientras el rubio algo agotado miraba desde el sillón haciéndose la paja. Le hago seña, querÃa que venga. Y vino. Ahora con la pija del brasilero en el orto dándome bien fuerte y con la chota del rubio en mi boca. Empiezo a sentir gemidos de ambos, los veo hacerse señas, gimen más, no paran. Escucho un 'dale?' y 2 segundos más tarde siento como el rubio explota en mi boca llenándomela de leche que escupà y recorrió toda mi barba y cuello, al mismo tiempo que un lÃquido caliente entra en mi orto y empieza a salir. Quedé destruido, pero me faltaba acabar. Le pedà al brasilero que siguiera un rato más dándome la con la leche adentro y el rubio empezó a besarme. Su leche todavÃa la tenÃa me mis labios y a el le encantaba jugar. Asà fue como llene mi pecho con mi propia leche.
Nos duchamos los 3, algo incómodos pero de todas formas se las mame un poco más en la ducha. Volvà a mi casa 3AM, cansado pero con el culo contento de tanta buena pija.