Habiendo pasado mi primera experiencia de tener un contacto fÃsico con un asiático, la cual me dejó contrariado y a la vez curioso por conoc...
Habiendo pasado mi primera experiencia de tener un contacto fÃsico con un asiático, la cual me dejó contrariado y a la vez curioso por conocer mas sobre los procederes de los coreanos a la hora de compartir su sexualidad con otros, teniendo en mente la cita pendiente para el fin de semana con el mencionado de la nota anterior, promediando la semana decidà visitar un segundo sauna para ver como podÃa resultar esta vez, siendo un poco mas suelto, y conociendo un poco mas de las mecánicas de acercamiento y levante dentro de las casas de baño.
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La revancha iba a ser en el mismo sitio ya que GM (mencionado por uno de los lectores de la primera nota) es el único sauna que explÃcitamente apunta al publico de contextura grande, pero desgraciadamente están llenos de fÃsicos promedios desfilando como modelos raquÃticos en una Oda a la anorexia. No lo menciono por un despecho a los individuos que están flacos y yo estoy hecho un matambrito, gordito rugbier de Zn como suelen llamarme, si no, al hecho de que cuando abrazo con fuerza al otro como demostración del cariño de hombre a hombre, no tenga que preocuparme de que se le quiebre la columna vertebral o le fisure las costillas.
Mi cultura me condena
También cabe mencionar que en la cultura asiática, el hombre robusto (justamente por la escasez en tiempos antiguos) representa la Buena Fortuna (concepto de riqueza y abundancia pero no necesariamente monetaria) la bondad, la generosidad, mientras que un hombre delgado, de rostro fino es la personificación de la mezquindad, la miseria, y la mala fortuna. Por dicha razón, hoy en dÃa me puede mas una pancita y un rostro a fuerza de medialunas pastas y milanesa napolitana con fritas al caballo que uno de ensalada vistiendo camiseta de running de farmacity y coca light. (NDA: lenguaje coloquial y humorÃstico sin ánimo de emitir juicios de valor ni ofender a nadie. Es mas hoy en dÃa pido coca zero o agua con gas)
Como les conté anteriormente, en los últimos años el cambio en la tendencia alimenticia, se ha incorporado mayor porcentaje de proteÃnas y grasas a la dieta coreana, han dotado a los coreanos con mayor altura y peso en comparación a las generaciones anteriores debido al boom de los 80 y los 90 y por ende la generación posterior muestra dichos cambios. Y claro como ya me iba quedando pocos dÃas, no querÃa irme sin probar un corte de carne menos magro y en porciones generosas.
Salgo del hotel, bastante simple en vestimenta (iba a estar en bolas de todos modos una vez en el destino), tomo la lÃnea 2 (lÃnea verde circular, llamada el metro de la felicidad, no porque sean vagones de apoyarse, si no, porque la lÃnea recorre en forma circular los distritos mas céntricos de Seoul, haciendo de esta lÃnea la mas frecuentada por turistas y extranjeros). Soy el único que mira con detenimiento como el modelo T-101 de Skynet a todos aquellos que con la cabeza gacha están absortos en sus smartphones, leyendo diarios, viendo telenovelas, jugando y mensajeando.
Mi primer levante en un subte.
Veo un elemento diferente, un hombre de unos 40 y tantos, contextura grande, pelirrojo de barba candado claramente caucásico intentando preguntar algo en ingles y solo recibiendo meneos de cabezas indiferentes por parte de los locales, (el citadino suele ser menos amigable y es una regla universal, tal como los porteños somos criticados mayormente en el interior, lo son en su mayorÃa todos los habitantes en las grandes ciudades, el cinismo y la superficialidad, no son exclusivos de una comunidad gay que se cree elitista, si no de aquellos habitantes de las grandes metrópolis que dan por sentado mucho de los aspectos de la vida cotidiana y ven con desden a aquellos que no la tienen.) No hay que confundir nunca el ser POLITE (cortés) y educado, con ser amable. Son dos instancias muchas veces correlativas suplementarias pero nunca complementarias. Si bien los coreanos son educados, no siempre son amigables ni amables con el otro. Ante la frustración exhibida en su rostro del hombre, decidà levantarme y acercarme para ver si lo podÃa ayudar. Me pregunto en un ingles muy claro, europeo no ingles por su acento, si para llegar a una esquina que salida de la estación (Dongdaemun) debÃa tomar, las conexiones de las lÃneas de subtes en Seoul son larguÃsimas, uno llega a caminar 1km de pasillos para hacer trasbordos o de tomar una salida especÃfica. Se da la casualidad que es la misma salida que iba a tomar para llegar al sauna, asà que le dije que no se preocupara, que bajábamos en la misma estación e Ãbamos a la misma salida. Al preguntarme si conocÃa un baño sauna ubicado cerca de la salida, claramente estábamos no solo en el mismo subte, el mismo vagón, si no también Ãbamos hacia el mismo destino, le comento que casualmente voy al mismo lugar, y a esta altura declarados sobre nuestra sexualidad, entramos en mayor confianza y entablamos una conversación muy amistosa y a la vez excitante ya que me atraÃa aquel hombre, y claramente por su forma de fijar su mirada en mà también lo estaba.
Una vez que bajamos, emprendimos la odisea de tomar escaleras, pasillos, andenes, mas escaleras y pasillosnuevamente para llegar a nuestro destino, el cielo oscurece, y empiezan a prenderse los árboles de navidad eternos en forma de edificios y carteles, antes de ir al sauna, mi compañero belga (nunca nos presentamos formalmente con los nombres), decidimos compartir un café antes de entrar. Vino por un congreso técnico en Busan, y habÃa armado su agenda para pasar 2 dÃas en Seoul y regresar el dÃa de mañana y como era la ultima noche, querÃa tener algún encontronazo con un local en dicho sauna con la fantasÃa de acostarse con un asiático como si un polvo con un coreano tuviese mas espiritualidad y profundidad que con un occidental y comparando notas estuvimos como dos amigos charlando y riéndonos de las diferencias culturales, y aun con dichas distancias, lo similares que somos una vez despojados de todo protocolo, costumbres y formas, en lo referentes de nuestra homosexualidad, la de disfrutar sexualmente y emocionalmente sintiendo el cariño y el afecto de tu compañero en dicha intimidad.
A los bifes
Pasaron increÃblemente 2 horas de una charla increÃble, entre un belga que visitó Buenos Aires hace una década (cuando era muy barato venir) y que habÃa disfrutado mucho de la carne argentina y las empanadas, y un coreano argento de paseo por su tierra natal, desde un punto de vista muy occidental. Ya era un sinsentido ir al sauna, asà que opté por invitarlo a que venga a mi hotel a tomar algo. (En criollo significaba vayamos a los bifes) Aceptó y para no perder tiempo decidimos tomar un taxi (una tarea titánica conseguir un taxi en una área tan céntrica en un horario tan pico, es como cuando uno para un taxi en Baires y espera que no sea un Siena base, que no huela a meo ni perro mojado, que el chofer sea agradable y que al menos se haya bañado en las ultimas 24 horas) al no conseguir, ni aun uno compartido, decidimos caminar ya que la charla y la compañÃa era muy agradable para ambos. Una hora de caminata, y mi reloj avisa que he cumplido la meta de los 10.000 pasos, riéndome, ya que en casa rara vez supero la meta. Entramos al hotel sin problemas, una vez en el cuarto el hombre me dio vuelta la cara para besarme directamente sin preámbulos ni introducciones. Se nos hacÃa agua la boca que constantemente estábamos tragándonos saliva mutuamente, tal vez por todo el proceso de calentamiento previo desde el momento que nos cruzamos y estábamos desvistiéndonos sin despegar nuestras bocas para aterrizar sin atenuantes sobre la cama.
RecorrÃa con su lengua mis axilas dejando a cada paso un rastro húmedo de saliva que volvÃan a mezclarse con el sudor de ambos, mientras no paraba de mordisquearle su cuello carnoso y áspero de la barba de un par de dÃas. Bajo hasta mi pene y al ver el aro, pidió que me lo sacase, sin ningún otro comentario, una vez sacado empezó a felarme frenéticamente mientras con sus muslos como prisión de mi cabeza introdujo el suyo en mi boca para dibujar el sÃmbolo de Piscis en la pared con la sombra producida por el velador encendido. Sube la apuesta besándome el ano, y penetrándome con su lengua mientras a cada pausa intento llegar a la suya, aun entre una selva de vellos, estaba muy limpio, asà que sin mas que decir, decidà abocarme a ello también en turnos, ya que no lográbamos llegar ambos la mismo tiempo.
Garchando en otro idioma
Me da vuelta, en este punto ya aclarado el rol que le gusta, muerde mis hombros mientras majasea firmemente mis glúteos, susurra algo que no era en ingles, mientras se me escapa un “puta madre” en suave tono de placer. Rápidamente va a su pantalón a buscar un forro, se lo pone, empieza a jugar en la raya, me da vuelta enérgicamente, patitas al hombro, mientras elogia mis gambas, me la manda sin atenuantes, mientras empieza a masturbarme a velocidades nunca vistas, retorciéndome de placer acabo mientras mi amante deja de penetrarme, saca su forro y terminando enviando sus chorros sobre mi pecho. Seguimos con los besos de lengua interminables mientras lleva sus dedos empapados de semen de ambos a nuestras bocas, (un poco kinky para mi gusto, pero debo confesar que me encanto dicha experiencia) soy de los que cojen y les gusta comer algo con el otro, le pregunto si tiene hambre, pero aclara que no come picante (primordial aclararlo en Korea) y como ya era medianoche, no nos quedo mas remedio que comprar algo en un minimarket algo de sándwiches y bebidas, comimos en el lobby en una especie de picnic improvisado a medianoche ante la mirada disimulada de los encargados nocturnos del front desk. El reloj marca la 1AM, decide irse a su hotel cuando justo ve un taxi estacionándose en la puerta,
No intercambiamos números ni nombres, totalmente anónimos que compartieron una intimidad, este sexo casual que no es lo mismo que un sexo express, fue muy gratificante, elogia mi forma de ser en la cama, alego con cierto orgullo argentino, que justamente la paso bien porque no se encamo con un coreano, si no, con un criollo que sabe demostrar afecto cuando quiere, que ser macho y a cantarle falta envido a todo el mundo no significa que no pueda susurrarle un te quiero al otro en el oÃdo. O de preparase con unas figazzas del dia anterior con algo de mortadela y queso con mayonesa para comer algo, mientras nos rascamos las bolas en señal de haberla pasado excelentemente en la cama, justamente después de haber garchado como “Dios manda”. El romanticismo puesto en algo tan efÃmero puede resultar en experiencias e historias gratificantes y de aprendizaje, por al cual este tipo de experiencias es la que busco a falta de encontrar ese Don Nadie como yo, para recorrer no se si toda la vida, pero al menos que sea un tramo lo mas largo y duradero posible.
MelancolÃa post polvo y en soledad, extrañando nuevamente el hogar, y de la zona sur de Buenos Aires, rememorando a aquellos personajes que tuvieron una impronta relevante en mi vida, mas allá de la conexión sexual, Adrogue, Claypole, Quilmes, Lomas de Zamora, Lanús y Avellaneda han sabido parir a dichos hombres con quienes he compartido, con una caracterÃstica que los define al genotipo del cordon sur, sencillos, de barrio, familieros, y sobretodo, muy expresivos y buenos amantes en la cama.