El pijudo del bondi Estaba en 2° año del secundario y salÃa de casa a las 5 A.M para no cruzarme con nadie de mi casa. Ver el amanecer en el...
El pijudo del bondi
Estaba en 2° año del secundario y salÃa de casa a las 5 A.M para no cruzarme con nadie de mi casa.
Ver el amanecer en el colegio que por ser con barranca al rÃo se veÃa como un cuadro de Vincent.
Belleza pura.
Iba en colectivo.
Tuve la suerte que un tipo viajaba a la misma hora y se subÃa después.
Se paraba donde yo estaba sentado.
Él, jean de corderoy marrón claro y apretado, se le veÃa la pija PERFECTA.
Durante más de media hora trataba de mirar sin que se dieran cuenta ni Él ni el resto de los pasajeros.
Era como un ‘un vivo’ de Tom of Finland.
Casi la podÃa oler, me rozaba la boca de tan cerca que estaba y a la altura perfecta!
Tapaba la dureza de mi pija en mi pantalón gris como podÃa.
Me tocó en suerte este personaje varias veces, llegaba al colegio y me encerraba en un baño a hacerme la paja de la calentura que me dejaba.
Nunca pude verle bien la cara por terror a que notase que le miraba su divina poronga!
Un dÃa esperando el bondi, deseando que el pijudo se subiera después,
Paso algo más concreto.
El fitito del placer
Un tipo en un fitito pasaba delante de mÃ, redujo la velocidad y me miraba fijo.
Lo mire una vez que paso, le levante el pulgar haciéndole dedo con cierto temor a lo desconocido.
Él, bigote Freddy Mercury, me miraba como Gustav de Muerte en Venecia y yo Tadzio total.
Retrocedió y subà al auto, enseguida me empezó a tocar la pierna y se me paro, me frotaba, intento darme un beso pero no quise, no me gustaba de cara.
En el camino freno en una calle tranquila y me empezó a chupar la pija soberbiamente…
Se tragó la leche como una reina y después me llevo al colegio.
Asà seguimos todo un año.
Hubo veces que no lo querÃa ver y me escondÃa atrás de un árbol pero generalmente me subÃa a su Fitito y se estableció el código.
Parábamos en el mismo lugar cada vez, me mamaba, tragaba y seguÃamos.
Era una gloria. ;)
Cuando llegaba al colegio, miraba a todos mis compañeros (colegio de varones)
y pensaba: si supieran que llegaba mamado y acabado!
Estaba feliz, en éxtasis, nadie de todos ellos vivÃa lo que me pasaba a mÃ.
Por lo menos eso creÃa.
Todos tenÃamos entre 14 y 15 años.
Hubo veces en las que me hinchaba las pelotas porque me querÃa besar y yo querÃa que me ordeñara.
Me quedaba mucho tiempo atrás del árbol hasta que se cansara y se fuera.
Medio me stockeaba.
Pagaba con leche mi viaje al colegio.
Sin presiones.