[caption id="attachment_10954" align="aligncenter" width="700"] "JUAN. Nunca nació - Nunca murió. Sólo v...
Cuando nos seguimos preguntando sobre la muerte de Alberto Nisman, todavía no se sabe a ciencia cierta que paso con Juan Castro del que se cumplen hoy 12 años de su ... ¿suicidio?
Una de las versiones que circulaban por la época sobre su muerte informaban que haciendo tareas de producción para su programa Kaos intentaba dar con la "primera ciudadana" CFK y que habiéndose apersonado en la sede de gobierno tuvo una mala reunión con la custodia de inteligencia de la misma, que deshecho la posibilidad de que CFK estuviera en el programa. Juan algo furioso porque lo habrian atacado con su homosexualidad, dijo: que iba a dar a conocer fotografías comprometedoras de Cristina con sus amantes Alasino y Brandoni. Esto enfureció a la entonces primera ciudadana.
Era una buena historia. Juan abordó la moto y acompañó al muchacho hasta su casa, en Caballito. Juan durmió algunas horas y al mediodía regresó a Endemol. Mantuvo reuniones con las autoridades y con el equipo de producción de su Kaos en la ciudad.
"Trabajamos durante algunas horas en el armado del programa. Juan estaba de muy buen humor", resumiría luego el productor Adrián Santucho. Sonrió y cerró la puerta. Caminó hasta el Baby bar -la fonda más próxima a la productora- y ordenó pascualina y Coca-Cola light, un menú acorde a su dieta. Luego abordó un taxi y partió rumbo a su casa, El Salvador 4753. En las escaleras se cruzó con Santiago Pont Lezica, el director artístico de radio Millenium: "Lo vi fenómeno, de buen humor. Estaba vestido con ropa de gimnasia", declararía luego.
Cruzó el umbral del 1º E y se sumergió en su mundo privado. Recién entonces se pierden tus rastros, Juan.
En ese lapso, rompiste dos televisores y un equipo de música, Juancho. Gritaste tan alto que te escucharon tus vecinos. Tampoco te acompañaba Carolina Opole, tu asistente terapéutica. ¿Adónde estaba ella? ¿Tenía que estar con vos allí? "Hablaba por teléfono", dedujo la policía. El departamento estaba regado de antidepresivos y ansiolíticos. Algo te empujó hasta el balcón, Juan. Fue un hombre o una mujer -su sexo varía según el informe periodístico, Juan-, un supuesto vecino del piso de arriba.
Manolo, el asistente de portería, no habla con la prensa. Su declaración sería contundente, esclarecedora. "¡Me quieren matar!", habría escuchado exclamar a Juan. Golpeó la puerta y no obtuvo respuesta. ¿Qué suicida intentaría terminar con su vida arrojándose desde un primer piso? Son 4,80 metros Cayó sin reflejos, ni siquiera atinó a colocar sus brazos para amortizar el golpe. Su cabeza impactó directamente contra la vereda de baldosas de piedra lavada, provocándole un edema cerebral. Un vecino alertó a la policía. El cabo 1º José Zayas -que monta guardia en la esquina de El Salvador y Gurruchaga- fue el primero en llegar a socorrerlo. Lo descubrió inconsciente, descalzo, con su torso desnudo y bañado en sangre. Los médicos del SAME ni siquiera te reconocieron, Juan.
Fue derivado al Hospital Fernández. A las 20:45, Juan Castro entró al quirófano. Mientras los traumatólogos sanaban las heridas de su pierna, los neurocirujanos intentaban drenar la sangre que invadía y comprimía su cerebro. Minutos después de la medianoche, los periodistas que montaban guardia en la puerta del hospital recibieron el primer parte médico. En la voz de la doctora Liliana Votto, directora del Fernández: "El pronóstico es reservado, sombrío. Es un milagro que Juan Castro esté con vida", disparó.
Lucho Pavesio fue el primero en llegar al hospital, Juan. Tu padre, Hugo, arribó minutos después. También estaba Juan Santa Cruz, la primera pareja que exhibiste públicamente. Después aparecieron Georgina Barbarossa, María del Carmen Valenzuela (N. de la R.: que te ofrendó el mismo rosario que rezó una y otra vez cuando fue internada su hija, Malena, y una piedra volcánica), Viviana Canosa, Adrián Suar, Laura Oliva, Ronnie Arias, Verónica Lozano, los responsables de Endemol, tus compañeros También el vocero presidencial, Miguel Núñez, y Aníbal Ibarra, el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Tu mellizo Mariano recién llegaría el jueves 4, en vuelo directo desde México.
Un cura -residente del Hospital Muñiz, que no se presentó ante los periodistas sino que sólo imploró "recen, recen por Juan"- le ofreció la extremaunción. Los días miércoles y jueves se sucedieron sin novedades favorables: su supervivencia aún era considerada "un milagro". Junto a la rampa de ingreso al Hospital Fernández se improvisaron algunas cadenas de oración espontáneas.
Te fuiste, Juan. Comprobaron tu muerte en la madrugada del viernes 5 de marzo último. "El paciente hizo un cuadro que se llama falla orgánica múltiple o disfunción orgánica múltiple, que es la expresión máxima del daño que ha recibido. Eras donante de órganos, inscripto en el INCUCAI. Pero ya no los volviste a abrir, Juan
El viernes 5 de junio, a las 4:30 de la madrugada, el cuerpo de Juan Castro fue llevado a la Morgue Judicial. Durante la autopsia, que finalizó a las 9, se comprobaron "politraumatismos, hemorragias cerebro-venijias, fractura de cráneo y lesiones en su miembro inferior izquierdo". También fueron extraídas muestras de orina, sangre, vísceras y cabello para futuros análisis. El mellizo Mariano Castro fue quien autorizó su traslado hacia el salón velatorio Casa de Paz, en Acevedo 1120. Pero no hubo velorio, fue tan sólo una escala obligatoria previa al traslado a su destino final: el cementerio de la Chacarita.
Una multitud acompañó tu cortejo: amigos, compañeros de trabajo, jefes y subordinados, autoridades políticas y admiradores. Muchos admiradores, Juan. Lucho Pavesio, tu padre Hugo y tus hermanos Hugo y Mariano encabezaron la procesión. Soportaron, impávidos, cámaras y flashes. En perfecta letra de imprenta: