Le conté de mis experiencias fallidas cuando recién enterado de que era portador HIV me confesaba con quien estaba al otro lado de la cama y...
Le conté de mis experiencias fallidas cuando recién enterado de que era portador HIV me confesaba con quien estaba al otro lado de la cama y que en muchas oportunidades se levantaban y se iban, dejándome solo.
Motivado por este blog me encontré con alguien que encontré en el chat, estábamos calientes y con cero histeria, vivimos cerca, por eso el levante se hizo fácil, nos encontramos en la esquina de mi casa y hubo onda al instante. De ahà a estar en la cama fue solo un paso.
Yo soy un man pasados los 40, profesional, buena onda, creo que estoy bueno, al menos eso me hacen ver mis ocasionales partenaires y la paso bien en cuanto a lo sexual se refiere, tengo buena poronga, eso ayuda.
El flaquito tendrÃa unos veintilargos, después me enteré que eran 26 muy simpático y con un culito muy tentador, (es sexy y lo sabe). Estuvimos precalentando, y llegamos a la cama en donde todo se amalgamaba como un buen proceso quÃmico. HabÃa quÃmica!
Estábamos al palo ambos y mi ocasional amigo, después me enteré que se llama Andrés, estaba con la colita parada, abierta y entregada. Un espectáculo.
Fue en ese momento que viendo su figura recortada por las sombras de los fanales, (soy un romántico, al fin) se me ocurrió decir espontáneamente para mi sorpresa: nene, vamos a usar forrito... soy portador.
Normalmente entiendo que si la otra persona no hace mucho hincapié en el uso del mismo es portador o no le interesa cuidarse (es bare por elección), yo soy portador HIV hace como 15 años, y creo que ver su candidez y su juventud, me hicieron ser totalmente honesto al momento de hablar.
El me devolvió la gentileza diciéndome: -si mejor, porque yo me acabo de enterar que tengo HPV, todavÃa no sé muy bien que es eso pero el médico dice que es contagioso- dijo algo confundido.
A pesar de esta intro, tuvimos un sexo totalmente desenfrenado y protegido, sorprendente, muy bueno y por algo más de media hora, en silencio, solo se escuchaban nuestros gemidos que nos calentaban más.
Cuando acabamos, con el forro lleno de leche en el piso, nos quedamos hablando abrazados, en la cama de nuestro sincericidio le conté cual era mi polÃtica sobre decirlo o no, el me contó que casi se está formando la misma idea, que de hecho ya lo practica y me volvÃa a dar las gracias. Le conté de mis experiencias fallidas cuando recién enterado de que era portador HIV me confesaba con quien estaba al otro lado de la cama y que en muchas oportunidades se levantaban y se iban, dejándome solo.
El tiene la filosofÃa del libre albedrÃo, todos somos libres para elegir, que lo que tiene es por no usar preservativo, pero que amaba su libertad (en tiempo pasado) y que le cuesta mucho cambiar a un "modo seguro".
Sostiene lo que le pasa, por que sabe que es consecuencia de su propia elección- dice que lo aprendió en terapia.
Igual recién lo está procesando, pero se lo ve seguro de sÃ. Confiesa que a mi era la primera persona en situación sexual a la que se lo decÃa. -Se siente bien ser honesto- dijo.
De esto pasaron ya algunos meses, donde tenemos relaciones hasta tres veces por dÃa. Siempre con forro.
Nos duele todo de tanto coger, (a mà la pija y a él el culo -pero no nos importa).
Vivimos cansados y ojerosos, pero nos gusta. Estamos todo el tiempo juntos, cuando no cogemos vemos pelis, cocinamos, nos reÃmos.