Soy Rama. Es la primera vez que me animo a contarles una secuencia, los sigo desde hace un par de años y me morboseo mucho con la página. La...
Soy Rama. Es la primera vez que me animo a contarles una secuencia, los sigo desde hace un par de años y me morboseo mucho con la página. Lamentablemente nunca he podido ligar nada por el chat. Pero ya ocurrirá.
Hoy, hace algunas horas atrás, volvÃa caminando a casa por avenida Corrientes hablando con un pibe por una de esas aplicaciones para conocer gente. La charla se puso subida de tono y la pija se me empezó a poner gomosa. Pero lamentablemente él estaba laburando asique no podrÃamos sacarnos la calentura juntos.
A la altura del abasto, decido entrar al shopping a ver qué onda. Aproveché que me estaba meando y encaré para el baño (vale decir que de a poco están remodelando los baños y estimo que en un tiempo no se va a poder hacer nada mas. Sonamos!).
En este lugar, chequeo que no haya moros en la costa y me dirijo hacia los mingitorios. Allà habÃa un flaco muy lindo, cuarentón, onda deportivo, barbita de un par de dÃas, claramente no meando. Me le pongo a dos espacios de distancia, yo re caliente, pero el flaco solo miraba de reojo. Como con miedo. No mostraba la pija sino que la escondÃa en el mingitorio, pero eso me calentaba porque podÃa imaginar lo rico que debÃa ser ese culo tapado por su jogging. Al toque de esto, entran un par de mirones que van y vienen, y se terminan yendo.
Un par de minutos mas, y entra un pibe morochito, alto (yo mido 173, el flaco medirÃa 180), flaco, lindo,. Se me pone al lado y empiezo a escuchar como mea, a lo cual pienso "Acá no va a pasar ninguna". Yo, ya con el pito bien duro, no me muevo de donde estoy (el papi tÃmido que tenia a dos espacios tampoco, seguÃa dándose a si mismo... Qué bueno hubiera sido garcharlo!). Cuando el morocho termina de mear, empieza a sacudirla mas de lo normal. Cuando levanto la vista, el loco tenia los ojos en dirección exacta a mi verga. Bajo la mirada de vuelta, y veo que corre la mano hacia donde estoy yo. Me pongo un poquito de costado, y me la manoteó al toque. Mientras me pajeaba, yo le amasaba el culo con la mano derecha. Me puso mucho mas a pleno. El tÃmido seguÃa mirando de reojo. El morocho se ponÃa saliva en los dedos y me acariciaba la cabeza. A pleno.
Siento ruidos de puertas, me da un toque de cagazo y me acomodo la chota para encarar para lavarme las manos, no sin antes decirle que vivo acá nomás. Que vayamos para mi casa. Me comenta que estaba laburando por la zona pero que salÃa en unos minutos, y que me querÃa "comer toda la pija". La volvà a sacar, me la mamó un segundo ahà nomas y se la saqué de la boca para que me pase su celular asà cuando salÃa de trabajar la seguÃamos mas tranca en mi lugar. Me pasó su número en voz bajita y me pidió que por favor no acabe, que lo banque a que nos veamos, que no tenia mucho tiempo pero que querÃa comérmela.
Al cabo de veinte minutos, cae en casa. Ni bien nos metimos en el ascensor, nos comimos la boca y me mandó de toque la mano adentro del short. Se me puso como piedra en medio milésimo de segundo. Entramos a casa, los besos se pusieron mas mojados, mas chanchos... Me tiró en el sillón y me dijo que querÃa que le dé la pija en la boca. Pero no pude porque cuando atiné a dársela, me la agarro él y me la empezó a lamer. Primero la cabeza, me hizo sentir alto placer mientras yo podÃa al fin meterle la mano en el culo. Culo flaco, peludo, rico, pero no iba a poder ser mÃo porque tenia que irse rápido. Le comà las tetillas cada vez que me la dejaba de chupar para respirar, se la comÃa entera. Le manoseaba el orto, las gambas, lo agarraba de la nuca para besarlo fuerte. La verdad es que me re calentó lo loquito que se puso.
Paja va, chupada viene, me pide la leche. Le gustarÃa que lo ensucie todo pero como estaba apurado no podÃa. Entonces le dije que me acabe él a mi. Lo hice arrodillarse en el sillón, quedamos con su pierna apretándome (estimulándome) las bolas y su verga gorda y dura apuntándome al torso. Empecé a pedirle la leche yo a él ya que si acababa yo primero me la iba a bajar el lechazo suyo. Se empieza a pajear mas fuerte, la respiración se puso mas fuerte también. Yo ya no daba más... No se cómo, pero nuestras pijas sincronizaron y empezamos a largar varios chorros de leche al mismo tiempo. La suya termino en mi panza y pecho, la mÃa me saltó hasta mi barba.
Nos limpiamos para que yo pueda bajar a abrirle, ya que no podÃa esperar a que me duchase. Mientras me cambiaba, me agarró la cara y me sacó un lechazo mÃo que me habÃa quedado en el cuello. Bajé a abrirle la puerta, en el ascensor me volvió a manotear la pija. Le abrÃ, pero antes quedamos en repetir con mas tiempo para que me entregue ese culo porque me quedé con ganas.
Saludos!
Rama