Bruno Bordas es uno de los argentinos que más suceso hizo en la industria porno gay, Bordas, un chico muy hot, y por lo que hemos visto en...
El actor porno Bruno Bordas murió el pasado viernes luego de batallar contra un tumor cerebral. En las redes sociales lo despiden sentidamente sus amigos y seguidores.
Hernán Alberti, como era su verdadero nombre, fue una de las pocas caras conocidas del porno nacional para el público homosexual. Pero más allá de las tramas que lo llevaron a hacer hasta de vampiro, su particular historia captó la atención de los medios: fue seminarista tras una larga educación católica y escapó de ese mundo cuando la abstinencia se le hizo insostenible.
“Yo hice la primaria y la secundaria en un colegio religioso, y fue un ámbito en el que me sentí siempre muy cómodo. Pasaba casi todo el sábado metido en la parroquia y el domingo a la mañana animando las misas. Entonces era lógico que me inclinara por una vocación religiosa. Además de que un seminario es el ambiente de mayor contención para un puto. Ahí no sólo yo no tenía que contárselo a nadie sino que el voto de castidad me resguardaba”, relató en una entrevista con el suplemento Soy de Página/12.
Tras nueve años en el seminario, supo que iba a ser difícil sostener su voto de castidad, entonces prefirió probar una vida diferente antes que llevar una doble vida. Y recuperó el tiempo perdido con creces. Al momento de explicar su salto al mundo del cine XXX, no daba demasiadas vueltas: “Me lo propusieron, me calentó la idea y lo hice”.
Hernán Alberti afirmó que en una ocasión lo despidieron del trabajo, una editorial de libros religiosos, por su carrera como actor porno. Si bien no le dijeron que era por este tema, él lo intuyó. Sin embargo, tener sexo delante de cámara le trajo muchas satisfacciones. “Me ha permitido tener más levante, inclusive. Estar con un actor porno es la fantasía de muchos”, afirmó.
“Antes yo era una persona más conservadora y prejuiciosa, hoy creo que tengo una mirada mucho más amplia y tolerante. Hasta me atrevería a decir que soy un poco más humano y más comprensivo que cuando quería ser cura. No por nada la gente de la que me rodeo siempre me termina elogiando más el corazón que el culo”, afirmó. Los mensajes de despedida en su Facebook lo comprueban.