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Visitando al dermatólogo

Les cuento mi experiencia al visitar por primera vez en mi vida un dermatólogo. Luego de un día agotador en mi trabajo me voy a las corri...

Les cuento mi experiencia al visitar por primera vez en mi vida un dermatólogo. Luego de un día agotador en mi trabajo me voy a las corridas para no perder mi turno. Llego y me anuncio con la recepcionista del consultorio, me ubico en un cómodo sillón y tomo una revista de la mesa, cuando al hacerlo me doy cuenta que un hermoso flaco sentado enfrente mío me estaba mirando. Disimuladamente pese a estar la recepcionista cruzamos miradas varias veces, pero como soy bastante vergonzoso no me animaba a hablarle, esto desató mis más profundos deseos de poder disfrutar de ese macho que me estaba calentando con su mirada y de esa hermosa verga que se había acomodado varias veces en su pantalón deportivo y que se marcaba cada vez más con cada acomodada que hacía, pero enseguida sale una paciente y lo llaman a él, así que me quedé con las ganas. Llega mi turno que era el último paciente, ya que cuando estoy entrando el doctor le dice que ya se vaya a la recepcionista por no quedar nadie más.

Bueno ya con el doctor le cuento que iba por una irritación bajo el brazo, me pide que me quite la ropa para revisarme en la camilla, me quito el saco, la corbata y la camisa y cuando me dirijo a la camilla me dice que por ser la primera vez que visitaba un dermatólogo me iba a revisar todo el cuerpo por rutina, y que me quitara también el pantalón. Luego de ver debajo de mi brazo comienza a examinarme el pecho, mira algunos lunares o pecas con un lente especial y al hacerlo siento como si me estuviera acariciando, principalmente cuando pasa por mis tetillas, lo que produce una excitación en mi que intento disimular, y comienzo a luchar con mi verga para que no se pare. Pero es una lucha que gano a medias, porque queda medio parada. Afortunadamente aunque se marca en el boxer considero que se disimula. Continua con mis piernas y continuo luchando por controlar mi excitación que pasa a ser casi una batalla perdida.

 Para mi alivio me pide que me de vuelta, por lo que aprovecho para apretar la verga lo más posible contra la camilla intentando que se me baje. Comienza una revisación de mi espalda y piernas donde continué sintiendo como si me acariciaba, hecho que resultaba tanto excitante como confuso, porque trataba de pensar que sólo era una revisión. Luego me dice que me baje el boxer y lo hago hasta debajo del culo, pero me dice que no me preocupe que me lo va a sacar para que esté más cómodo. Mientras me lo va sacando siento como sus nudillos rozan todas mis piernas y a esta altura no sabía cómo me iba a levantar ya que la pija la tenía dura como una roca! Me revisa las piernas en la zona que estaba el bóxer y apoya una mano en mi culo y luego la otra en el otro cachete.

Me abre un poco las piernas y al revisarme la parte interior de mis piernas siento como si roza la cabeza de mi verga que había quedado para abajo, y que pedía a gritos que me la agarre toda, pero yo luchaba por contener mis pensamientos y me sentía avergonzado por mi erección que no bajaba y que en cualquier momento el doctor notaría. Enseguida me dice que me de vuelta, tardo unos segundos por la vergüenza, y lo hago, y enseguida le digo que me disculpe cuando al darme vuelta se evidencia mi erección como si fuera un obelisco, a lo que me responde que no me preocupe, que es normal que pase eso, que él estaba igual y me lleva mi mano a su pija también dura. Al notar que no se la suelto se inclina y comienza a besarme mientras libero su pija del pantalón, y sin mirar siento como es una hermosa verga no tan larga, pero bien gruesa y cabezona.

Después de ese interminable beso me baje de la camilla y como buen mamador disfrute por varios minutos de esa exquisita verga hasta que el doctor me levantó y me hizo inclinar hacia adelante en la
camilla y me enterró ese hermoso pedazo de carne en mi interior hasta vaciar toda su calentura en mí, explotando yo también y dejando todo el piso lleno de leche que acumulaba desde la sala de espera.

Obviamente cada tanto hago una visita al dermatólogo pidiendo siempre el último turno disponible.
Espero que les guste mi historia. Por lo menos a mi recordarlo mientras lo escribía me sirvió para ir tocándome así que los dejo porque me voy a descargar mis huevos que están por explotar llenos de leche!!

Besos en las chotas!

Paul