Siempre que paso por una remiseria o por un lugar donde paran camioneros, me viene única idea a la cabeza: quiero que me enfiesten. ...
Siempre
que paso por una remiseria o por un lugar donde paran camioneros, me viene
única idea a la cabeza: quiero que me enfiesten.
Resulta
que el otro día había salido con mi novia a comer. Tipo 11 pm pedimos un auto
(habíamos demorado cierto tiempito en conseguir uno disponible) y la idea era
dejarla a ella de paso y luego seguir mi destino a casa. Llega el auto en
cuestión. Subimos, el chofer era un tipo que rondaba los cuarenta años, tez
trigueña, alto, medio robusto, la verdad que nada impresionante pero me
morbosea esa onda.
Dejamos a mi novia en su casa, finalmente. Sinceramente, no
tenía intenciones de avanzarle al chofer pero comenzamos a hablar y la charla
se desvió a los putos: “anoche, del rio tuve que llevar a 2 trolas… jaja”, me
dijo. Ese fue el puntapié para encarar el tema.
Yo: - pero siempre fue así, van al rio a coger, sean putos o no.Él: - si… pero a veces vienen medio entregados los putos…Yo: - ¿Por qué lo decís?...Él: - na… jajaja… ¿quién no se comió un puto, hoy en día?(A todo esto, yo estaba en los asientos de atrás aún. Me miraba por el vidrio.)Yo: - y noseeee…. Depende de cada uno, ¿no? (ya acá me puse nervioso)Él: - che, ¿no querés pasarte adelante? No escucho nada
Bajé
del auto y fui hacia el asiento acompañante. Le miré sin descaro el bulto,
quería que se diera cuenta de mis intenciones. Me hablaba, pero le tiraba
miradas hacia la pija de vez en cuando sin intenciones de ocultarlas. Yo retomé
el tema
Yo: - siempre está la tentación… para mí no está mal. Somos libres de encamarnos con quien quisiéramos. Yo probé…
Sentí
como le cambio la mirada, apretó un poco los dientes. En realidad era más que
“un probé”, mi primera vez fue a los 17 años, y ahora tengo 26. Ya estuve con
muchos hombres, me enfieste y me enfiestaron algunas veces. Desde que me puse
de novio, deje de buscar machos. Me gustan activos.
Él: - aaaah mira vosssss! Aunque sos cachorro para mi jajaja
Había
tensión sexual en el aire. Me animé y la agarre la poronga, media dura. Se la
masajee despacio. Más precisamente, a un costado de Acceso Norte se detuvo, y
me dispuse a chuparle la pija.
Toda la pija. Hasta los huevos. Sentía su
respiración, toda la calentura junta. En medio de la noche, arrodillado al
costado del auto, sintiendo el ruido de la ruta, le estaba mamando la pija. Me
levantó y me apoyo arriba del capó.
Me dio una cojida violenta, dura, a los
chirlos, me hizo gritar como un puto que le pedía más y más pija. No pude
aguantarme y le chupe la poronga hasta sentir el lechazo en la cara, me tragué
cuanta leche pude. Me quedé arrodillado, mirándolo a los ojos, lamiéndole la
poronga, chupándole los huevos, aun con leche en mi cara y mis labios. Se reía,
acariciándome la cabeza.
Él sabía que se había metido a un putito en el
bolsillo y yo sabía que era el tipo de macho que me encanta. Nos subimos y me
llevó a casa.
Cambiamos números. Pegamos mucha onda, está más que claro que
quiero repetir la historia muchas veces más. Al bajar me dijo: “che… a las 6 am
termino. Si querés, un día cuando termine de laburar, te invito a casa. Puedo
llevar amigos ja ja…”.
Me reí, y le di
el OK.
Apenas entré a casa le mande un whatsapp.
Facundo