El día lunes por laburo tuve que ir a Moreno en el oeste de Buenos Aires, es así que a la vuelta se me ocurrió pasar por el Nine Shopping y...
El día lunes por laburo tuve que ir a Moreno en el oeste de Buenos Aires, es así que a la vuelta se me ocurrió pasar por el Nine Shopping ya que tenía que comprar un regalo de cumpleaños, dejé el auto en el subsuelo y vi que había un baño, me salió el espíritu investigativo y fui a mear...
Cuando entré había dos pibitos de unos 20 tocándose que rápidamente se separaron cuando advirtieron que entraba. A los segundos empezaron nuevamente a tocarse y me invitaban para que me uniese, cuando estaba en ese trámite entra un guardia de seguridad que se puso a mear mirando para todos lados, los pibitos se reían y uno le hizo un gesto que el guardia contestó mostrando una chota/monstruo, los pibes se alucinaron y uno se la empezó a mamar, primero le corrió toda la piel hacia atrás, la olió, frunció su cara (calculo que por el olor a meo) pero le lavó la cabeza con la lengua y se dispuso a chuparla rabiosamente. De pronto lo llamaron por el handy y este se fue. Los pibes empezaron a mamármela los dos uno por el tronco y el otro en la cabeza, al rato otro por los huevos y el otro tragándose toda la chota y yo siempre vigilante de que no entrara nadie.
De golpe entran dos guardias, el que se había ido con otro más pendejito y lindito, todos nos separamos pero era obvio que estábamos haciendo "algo", el guardia hizo un gesto de "todo bien" y el guardia más pendejo fue y trabó la puerta del baño poniendo un cartel que decía "En reparación".
Uno de los pendejitos que estaba deseoso de que se lo garcharan se termino sacando todo y poniendo un pie sobre uno de los mingitorios ofrecía su orto para que se lo curtan, el primero fue el guardia de la chota grande que se la clavó de una. El pibe gemía fuerte y este le contestaba mientras se la ponía - "Ahora duele pero hoy vas dormir feliz"- mientras nos miraba guiñando el ojo. Cuando se reía se notaba que le faltaba uno de los dientes del costado.
El guardia más pendejo parecía sacado de uno porno húngara, rubio, flaquito y sin formas, desangelado, se puso delante mio y me besó, tenía una boca generosa y la lengua cubría todos los lugares, yo le agarré la cabeza y lo fui bajando hasta mi chota, mi excitación era tal que en pocos segundos el flaco tenia la boca llena de leche, que le iba cayendo en la cara y él, gauchito, iba chupando como un gatito cada chorro de guasca que le caía de mi pija.
Ver una cara aniñada llena de semen se sentía genial. Todos iban acabando y al poco tiempo quedaba solo uno de los pibitos que se masturbaba y me besaba la pija que todavía tenía algo de leche...
Cuando por fin salí del baño los de seguridad que estaban en sus puestos me guiñaron el ojo, y uno se puso a dirigir para que sacara mi auto rápido. Nos reímos y agarré la autopista y fue ahí donde me dí cuenta que no había comprado el regalo por el que entré al NINE SHOPPING, igual me llevaba un buen recuerdo y una mancha de guasca en la bragueta de mi pantalón.
NINE SHOPPING está en Victorica y Ruta 7 en Moreno.
Lautaro Anchorena
Cuando entré había dos pibitos de unos 20 tocándose que rápidamente se separaron cuando advirtieron que entraba. A los segundos empezaron nuevamente a tocarse y me invitaban para que me uniese, cuando estaba en ese trámite entra un guardia de seguridad que se puso a mear mirando para todos lados, los pibitos se reían y uno le hizo un gesto que el guardia contestó mostrando una chota/monstruo, los pibes se alucinaron y uno se la empezó a mamar, primero le corrió toda la piel hacia atrás, la olió, frunció su cara (calculo que por el olor a meo) pero le lavó la cabeza con la lengua y se dispuso a chuparla rabiosamente. De pronto lo llamaron por el handy y este se fue. Los pibes empezaron a mamármela los dos uno por el tronco y el otro en la cabeza, al rato otro por los huevos y el otro tragándose toda la chota y yo siempre vigilante de que no entrara nadie.
De golpe entran dos guardias, el que se había ido con otro más pendejito y lindito, todos nos separamos pero era obvio que estábamos haciendo "algo", el guardia hizo un gesto de "todo bien" y el guardia más pendejo fue y trabó la puerta del baño poniendo un cartel que decía "En reparación".
Uno de los pendejitos que estaba deseoso de que se lo garcharan se termino sacando todo y poniendo un pie sobre uno de los mingitorios ofrecía su orto para que se lo curtan, el primero fue el guardia de la chota grande que se la clavó de una. El pibe gemía fuerte y este le contestaba mientras se la ponía - "Ahora duele pero hoy vas dormir feliz"- mientras nos miraba guiñando el ojo. Cuando se reía se notaba que le faltaba uno de los dientes del costado.
El guardia más pendejo parecía sacado de uno porno húngara, rubio, flaquito y sin formas, desangelado, se puso delante mio y me besó, tenía una boca generosa y la lengua cubría todos los lugares, yo le agarré la cabeza y lo fui bajando hasta mi chota, mi excitación era tal que en pocos segundos el flaco tenia la boca llena de leche, que le iba cayendo en la cara y él, gauchito, iba chupando como un gatito cada chorro de guasca que le caía de mi pija.
Ver una cara aniñada llena de semen se sentía genial. Todos iban acabando y al poco tiempo quedaba solo uno de los pibitos que se masturbaba y me besaba la pija que todavía tenía algo de leche...
Cuando por fin salí del baño los de seguridad que estaban en sus puestos me guiñaron el ojo, y uno se puso a dirigir para que sacara mi auto rápido. Nos reímos y agarré la autopista y fue ahí donde me dí cuenta que no había comprado el regalo por el que entré al NINE SHOPPING, igual me llevaba un buen recuerdo y una mancha de guasca en la bragueta de mi pantalón.
NINE SHOPPING está en Victorica y Ruta 7 en Moreno.
Lautaro Anchorena