Por MANUEL VELANDIA | ¿Quién no se ha comido un helado en cono, barquillo o cucurucho? Si tú lo has hecho, ya tienes algunos puntos gana...
Por MANUEL VELANDIA | ¿Quién no se ha comido un helado en cono, barquillo o cucurucho? Si tú lo has hecho, ya tienes algunos puntos ganados para hacer bien el sexo oral o «mamada» que llaman. El final de una buena chupada se asemeja bastante a comerse uno de estos helados, cuando se ha hecho con mucho gusto; tanto que algunos/as llegan al orgasmo con sólo hacerlo o dejárselo hacer.
Muchas mujeres no aprecian lo divertido que puede ser, pero para quienes lo han o lo hemos hecho, chupar el pene a un hombre o recibir una buena lamida es uno de los más grandes placeres a experimentar, tanto que algunos hombres intentan hacérselo ellos mismo ¡y lo logran!
Es triste pensar que siento algo tan placentero no sepamos hacerlo bien, así que luego de mucha «investigación de campo», les cuento algunos secretitos.
Antes que nada, nunca vuelvas a comenzar por el final, no te lances de una a meter el glande en la boca ¡ese es el ultimo paso!
Lo primero que debes lograr es producir una muy buena erección. Si aun está puesta la ropa, desliza las manos suavemente sobre el paquete, abre lentamente su bragueta y sigue acariciándolo; es mejor si estás de rodillas y entre sus piernas.
Si la persona se excita con facilidad en pocos segundos estará lista, si él es nervioso, su pene puede estar aún doblado en sus calzoncillos. Mantén agarrado su pene y sube a su cara y bésale. Observa si puedes sentir una respuesta; todo movimiento ascendente es un buen signo.
Ahora sácale el miembro y mira cómo está. Si está tieso, lo estás haciendo bien; en otro caso acaricia suavemente los testículos (a algunos les gusta algo fuerte, no te excedas sin consultar previamente). Sujétalos con tu mano menos diestra y con la más hábil toma su pene. Apriétala poco a poco, con presión moderada como si estuvieras masturbándole y prepárate para chupar.
Humedece con la lengua tus labios; es excitante ver hacer este movimiento de lengua, así que levanta la cara y mírale a los ojos mientras lo haces.
No lo lleves aun a la boca: un poco de espera produce una agradable tensión. Acércate al glande, respira fuerte sobre él, sóplale con tu aliento tibio. Saca tu lengua de nuevo y tócale con ella, cambiando la velocidad del movimiento que puede ser de un lado a otro o haciendo círculos. Combínalos.
Gira tu cabeza de lado y simula morderle suavemente colocando tus dientes en su balano (la parte larga del pene), como si estuvieras comiéndote una mazorca. Mientras haces lo anterior no olvides estimular los testículos.
Detrás de los testículos hay un lugar muy sensible: el «ni es», que está justo antes del ano. Puedes tocarle allí con la lengua o estimular con la yema de los dedos. En ese lugar queda justo el origen del músculo que causa la erección.
No olvides tocar con la lengua el contorno del glande, ésta es la parte más sensible del pene. En el frenillo igualmente se debe acariciar con la lengua, incluso algunos hombres son más sensibles allí. Insiste además en poner la punta de la lengua en el orificio del centro, de la parte más saliente del glande; pero no chupes su «cabeza» aún.
Después de jugar un buen tiempo tocando, mordiendo, lamiendo el balano, toqueteando su glande ya es hora de poner su glande en tu boca.
Mira si brota un líquido claro del orificio. Si esto sucede es el momento de aplicar tu decisión sobre qué tipo de riesgos deseas asumir, pues el liquido pre-eyaculatorio tiene una baja presencia del virus que causa el sida (VIH). Si no quieres correr riesgos, es hora de poner el condón con la boca o con la mano. De lo contrario continua con el juego, tal y como vas.
Ya es hora de ponerte ese delicioso «helado» dentro de tu boca. Mete toda su «cabecita» en tu boca caliente. Mantenla allí. Estimula su glande con el roce de tus dientes, mientras su pene entra y sale de tu boca.
Ahora si trata de poner todo su pene dentro de tu boca. No te excedas, hazlo lentamente. Él querrá profundizar más en tu garganta. No le dejes imponerse, pues sin no estás mentalmente preparada/o sentirás «horcadas» y ganas de trasbocar.
Si doblas tu cuello apropiadamente, haciendo que desde tu boca hasta la faringe haya un conducto recto, el pene puede entrar completamente, tal y como lo hacía su protagonista en el film «Garganta profunda». No intentes respirar por la boca mientras haces esto, sentirás que te ahogas, debes respirar por la nariz.
Moviéndote tan rápido como tu pareja pueda resistir sin eyacular, desliza tu boca sobre su pene de arriba hasta abajo como si estuvieras «Tirándotelo». Recuerda las técnicas sobre cómo retardar la eyaculación aprendias en el articulo sobre masturbación, este es un buen momento para aplicarlas.
No es recomendable la practica oral durante mucho tiempo;, es mejor parar un poco, jugar eróticamente de otras formas y luego continuar, pues hay un momento en que se siente en el pene un «adormecimiento», se pierde un poco de sensibilidad y por tanto, ya no se disfruta igual.
Tragar o no tragar el semen es una decisión particular, de ahí que previamente hayamos hablado del condón… ah, es mejor hacerlo con uno que tenga saborizante. Los estudios demuestras que el sabor del semen cambia con la dieta alimentaria, así que comidas muy condimentadas producen un sabor fuerte y comidas dulces y frutas producen un sabor y fragancia más agradable, para la mayoría de personas.
Ten cuidado de retroceder un poco cuando sea el momento de la eyaculación, un hombre excitado incrementa el movimiento y la fuerza de su movimiento «penetrativo». Si lo prefieres ten una toallita a mano para que la eyaculación se produzca en este elemento.
Si no te gusta chuparlo, recuerda que es tu decisión y no la de tu pareja; pero él estará, muy seguramente, interesado no sólo en que lo hagas, sino en que lo hagas bien. De todas formas recuerda que es tu derecho no hacer lo que no deseas, así sea del gusto de tu pareja.
Para concluir: si eres el dueño del pene, debes saber que para muchas personas es supremamente molesto sentir unas manos sobre la cabeza, ejerciendo presión. Es necesario tener muchos acercamientos a la práctica para volverse experto/a, así que ten paciencia y disfruta los avances logrados.
Ten en cuenta que una buena higiene es importante para volver excitante la situación, no hay nada más molesto que sentir el olor fuerte del esmegma (secreción de las glándulas prepuciales). Una buena afeitada es igualmente importante, porque la fricción de la barba con el glande es supremamente desagradable, para la mayoría de los hombres.
Manuel Velandia
Formado en sociología, filosofía, sexología y educación. Soy Doctor en Psicopedagogía y en Enfermería y Cultura de los cuidados. Como investigador he realizado consultorías y asesorías para agencias de cooperación internacional en educación, Sida/ITS, sexualidades, DDHH, trabajo sexual y comunicación efectiva en salud.