Estimados, buenas tardes: les comento que soy visitante regular del blog, desde que lo descubrí el verano pasado. Me llamo Hugo, tengo 42 ...
Siempre me calentaron las historias de baños que cuentan los lectores del blog, y muchas veces pensaba por qué esto no me pasó nunca a mí, poniendo en duda la veracidad de los relatos.
Buenos, les escribo para contarles que finalmente pasó, hace poco más de dos horas en uno de los baños de Montevideo Shopping: me dirigía hacia un supermercado allí ubicado para comprar algo para la hora del almuerzo (trabajo a una cuadra del Shopping), y sentí unas ganas tremendas de ir a mear. Me desvié de mi camino, y me dirigí a los baños que están en el entrepiso. Entrando a la derecha, está la fila de los mingitorios, enfrentados a la linea de los boxes de WC.
El lugar practica mente vacío, a excepción de un flaco de buzo azul que ocupaba el último de los mingitorios. Por extraña corazonada, enfilé para el último de los boxes, frente a dónde estaba el flaco meando. Quedamos de espaldas, a unos 2 metros de distancia. Saqué la verga, y me dispuse a mear. Siento una tos como forzada, giro la cabeza, y veo que el flaco me está fichando de reojo. Terminé de mear y mientras estaba sacudiendo, de nuevo la tosecita fingida del flaco, que no pasaba de los 25 años, barbita incipiente y lentes a lo Lennon.
La situación me despertó el costado morboso, así que giré 45 grados, de modo tal que me pudiera ver la verga, y la seguí sacudiendo. Se me empezó a parar, y me empecé a pajear, el flaco me miraba con una sonrisa socarrona, y veo su lengua asomarse entre los labios. Me desprendí total mente el pantalón, me lo bajé, bajé el boxer también, y se la ofrecí . Estaba totalmente al palo, y susurre: “te animás?”.
El flaco pegó un salto, se acomodó en el box conmigo y cerró la puerta. Se sentó en el WC, y ahí nomás y de una le metí la pija en la boca. Cómo chupaba este hijo de puta! Primero la cabeza, después lamida de tronco y pendejos, me chupó los huevos, yo 100 % duro, con la verga hinchada y colorada como hacía tiempo no la tenía. Le dije que no iba a aguantar mucho tiempo más porque estaba muy caliente, pensando que se la iba a sacar de la boca para que yo pudiera acabar afuera.
No me dio tregua, siguió succionando. La cabeza de mi pija estaba en su garganta cuando exploté. Literalmente le llené la boca de leche, se apartó un segundo, la leche se le escapaba por los labios, y se la tragó toda.
Inmediatamente me la volvió a chupar, chupaba y metía la punta de su lengua en el agujero de mi pija, como buscando extraer hasta la última gota de semen, mi pija seguía dura pese al lechazo.
Escuchamos ruido de otra gente que había entrado al baño, el flaco seguía prendido, aunque mi erección había aflojado. Para despedirnos, hice un poco de fuerza, para regalarle una meada cortita que también se tomó sin problema alguno. Salió primero él del box, yo me acomodé la ropa y salí. Ni rastros del flaco que me regaló mi primera experiencia en un baño, y mi primera experiencia con otro macho.
Hugo