La charla con mi madre ocurrió luego de una reunión del grupo, ya llegando a la última parte del año pasado. Yo había salido muy movilizad...
Un tiempo atrás de eso, mi hermana menor había charlado acerca de mí con ella, y me había avisado: “Mamá me dijo que no está preparada para escuchar eso de tu boca, que necesita tiempo, y que piensa que puede haber un quiebre si se lo decís”. La verdad es que eso no sucedió, y lo positivo es que conmigo mi mamá pudo compartir uno de sus miedos: “Creía que si eras gay ibas a ser infeliz”, me reconoció.
Después también me sorprendió la reacción de mi cuñado que, además de aceptar la situación perfectamente, decidió ayudarme y habló con mi otro cuñado para comentarle que sabía de mi sexualidad, que me apoyaba 100%, y que esperaba que él hiciera lo mismo. La conversación con mi cuñado homofóbico fue más que relajada, simplemente me dijo: “Jorge, sos tan excelente persona y tío, que para mí tu sexualidad es una anécdota”. Creo que, a partir de allí, ahora tiene otra mirada acerca de los gays.
Y una reacción similar recibí de todos: mis amigos no dejan de felicitarme por haberme abierto a contarles de mi intimidad, mi mamá está más cariñosa que nunca, y ahora me siento mucho más cerca de mi familia.
Considero que ahora estoy parado en la vida de otra manera y eso me hace cada vez un poco más feliz.
Jorge