Por Walter Ghedin | Existen hombres heterosexuales, en pareja o casados, que esconden sus gustos por mujeres transgéneros. Muy pocos se an...
Las mujeres más abiertas aceptan que pueda haber interés, pero no permitirían jamás que su hombre salga alguna noche a saciar sus inclinaciones paralelas.
Admiten la necesidad de su partenaire y hasta se permiten fantasear tener una chica trans en la cama, o jugar con algún dildo (consolador) y que ella lo ate a la cintura a la manera de un pene artificial. Hasta ahí llega el permiso.
Los hombres que desean a una chica trans, y están en pareja, se ven en una disyuntiva angustiante, mucho más que si la otra opción fuera una mujer. Los que no pueden confesar su atracción prefieren ocultarlo. No obstante, la conducta que adoptan puede llamar la atención: llamados encubiertos, frecuentes salidas nocturnas, uso desmedido del chat o ingreso a páginas de prostitutas trans. En la cama pueden mostrar una disminución del deseo o una exaltación del mismo cuando se exteriorizan fantasías que incluyan a travestis.
Un hombre heterosexual que desea a una mujer trans vive preso de la normatividad social (bajo el amparo de las creencias religiosas), que no le permiten una expresión autentica de lo que siente.
Tiene que cumplir con las reglas impuestas para un hombre biológico, que se siente hombre psicológicamente, pero que desea igual o más a una mujer transgénero que a una mujer biológicamente y psicológicamente configurada.
Los hombres y las mujeres homosexuales han logrado más aceptación y viven sus vidas con más libertad, les toca el turno a las mujeres y hombres transgénero. Y a los hombres y mujeres que se enamoran de ellas/os.
Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.