Mi nombre es Javier. Tengo 26 años y trabajo en una compañÃa de import-export como responsable del la área informática. Mido 1,70 de altura ...
Mi nombre es Javier. Tengo 26 años y trabajo en una compañÃa de import-export como responsable del la área informática. Mido 1,70 de altura por 68 Kg de peso, tengo un cuerpo bastante atlético, practico varios deportes y me considero heterosexual. He tenido varias novias pero desde hace dos años llevo vida de soltero, sin renunciar a una que si otra aventuras que se me presentan, sobre todo en el ambiente de mi trabajo.
Un dÃa que salà del trabajo tarde porque tuve que terminar algunas configuraciones decidà irme al gimnasio y aprovechar para hacer un poco de ejercicio y darme una sauna para relajarme.
Cuando llegue al gimnasio note que estaba prácticamente vacio (habÃa 3 o 4 personas solamente entrenándose). Por lo general yo iba por las tardes y esta era la primera vez que lo hacÃa a esa hora.
Después de ducharme me dirigà hacia el local del sauna que lógicamente estaba vacÃo. Me introduje en una de las cabinas y me senté después de haberme quitado la toalla. Estaba con los ojos cerrados y ya empezaba a sudar cuando sentà la puerta que se abrÃa y disimuladamente abrà apenas los ojos y vi que estaba entrando un hombre de unos 45 o 50 años, alto y bien parecido.
Después de cerrar la puerta el hombre dijo:
-”Buenas, disculpe…”
A lo que abriendo completamente los ojos conteste:
-”Buenas, ninguna molestia”.
El hombre se sentó casi en frente de mà y se quito la toalla. Una de las cosas que los hombres no podemos evitar de hacer es el de mirar los pijas de los otros hombres, disimuladamente, obvio, pero necesitamos hacerlo para satisfacer nuestra escondida necesidad de comparar la medida de nuestra chota con la de los otros y asà poder sentirnos bien si la nuestra es más grande.
Mientras fingÃa tener los ojos cerrados mire hacia el hombre y note que a pesar de tener su pija flácido era literalmente enorme! Era grueso y media por lo menos unos 12 cm lo que me hacia presagiar que cuando se le ponÃa erecto como mÃnimo se ponÃa de unos 25 cm o mas de largo.
El estaba con los ojos cerrados (o por lo menos eso aparentaba…) y note que de vez en cuando se tocaba el pija con su mano con toda naturalidad como si se estuviera tocando cualquier parte de su cuerpo.
-”Me llamo Carlos” dijo el hombre, “mucho gusto”.
-”Encantado, yo soy Javier” le conteste bastante sorprendido por la improvisa conversación.
Mientras le contestaba, note que tenÃa su pija en la mano y lo estaba acariciando. La cosa me puso un poco incomodo pero disimule mi perplejidad y de manera natural lo seguà mirando como si nada estuviera pasando.
-”Vienes a menudo?” me pregunto Carlos, “es la primera vez que te veo”.
-”No a esta hora, vengo por lo general por las tardes” le contesté. Seguimos conversando de varios temas, durante el cual Carlos seguÃa sobándose la pija en forma cada vez más descarada y a pesar que la cosa me tenÃa un poco nervioso, yo no lograba evitar de fijar mi mirada de vez en cuando en su miembro que estaba ya creciendo de tamaño.
De repente Carlos fijándome en los ojos me dijo:
-”Te molesta que me la toque?” La pregunta me dejo desplazado completamente y después de algunos segundos le conteste:
-”No porque deberÃa?” Pero sin pensarlo mucho y no sabiendo que decir añadÃ:
-”Tienes tremenda herramienta amigo, tus mujeres deben estar muy contentas contigo…” y me eche a reÃr, mas por nerviosismo que por otra cosa. Carlos me miro por varios segundos y me dijo:
-”Seguro que si, y no solo las mujeres!” echándose a reÃr también. En ese momento me di cuenta que Carlos estaba mandándome mensajes subliminales, o por lo menos eso me pareció. Pasaron veinte minutos y no sabiendo que decir o hacer decidà levantarme y con voz natural dije: “Bueno por hoy está bien de sudar, me voy para la ducha” con la intención de despedirme y asà evitar que la conversación continuara pero Carlos no me dio tiempo y agrego levantándose: “Si yo también voy a ducharme, te acompaño…” Me cubrà con la toalla y abrà la puerta sin evitar de notar que la verga de Carlos estaba casi completamente erecta y mientras se cubrÃa nuestras miradas se cruzaron.
Lo que me estaba sorprendiendo era que yo también me estaba excitando y también mi chota estaba bastante erecta!
Cuando llegamos a las duchas me di cuenta que no habÃa nadie, probablemente éramos los últimos en el gimnasio. Con una actitud de seguridad me dirigà hacia una de las duchas y empecé a ducharme. Carlos entró en la ducha de al lado y empezó a ducharse también. Yo estaba con los ojos cerrados mientras me enjabonaba el cabello, cuando de repente sentà que alguien estaba detrás mÃo. Carlos sin decir nada habÃa entrado en mi box. Estaba por voltearme cuando me sujeto con firmeza y acerco su cuerpo al mÃo rozándome con el pija en mi culo.
“Tranquilo, quiero solo enjabonarte la espalda, para que tu lo hagas conmigo también” me dijo con voz amable acercando sus labios a mi oÃdo. Pero al mismo tiempo con sus brazos fuertes me tenia sujetado haciéndome entender que no tenÃa ninguna intención de soltarme. “Y además, tengo ganas de cogerte, y de abrirte ese culo precioso que tienes” susurro sin ninguna vergüenza. Entonces tratando de poner una voz firme dije: “Mira que te estas equivocando conmigo yo no soy gay, no me gustan los hombres y quiero que me sueltes inmediatamente si no…” No termine de completar la frase cuando sentà que Carlos me empujaba hacia la pared. Con un movimiento rápido puso mis brazos en mi espalda y pegando su cuerpo al mÃo me dijo con tono de amenaza: “No te estoy pidiendo nada, te lo estoy ordenando y para que entiendas bien…” Bueno entonces pórtate bien y vamos a empezar a disfrutar nuestra nueva amistad” Me dio vueltas y mirándome fijamente con actitud de amenaza me dijo: “Ahora empieza a hacerme una paja, que se que no vez la hora de tocarme la verga, puto!” No sé porque lo hice con mi mano agarre el pija de Carlos que estaba duro como una piedra y empecé a pajearlo. “Siéntelo como esta duro, siente lo que te va a tocar…” al terminar estas palabras Carlos me agarro por el cuello y me obligo a arrodillarme en tal modo que mi cara quedo exactamente enfrente a su verga! Sin que pudiera ni siquiera darme cuenta de lo que estaba pasando mi boca está completamente llena de ese inmenso pedazo de carne caliente, húmedo y duro que empezaba a entrarme hasta la garganta.
A mis primeras arcadas Carlos ni se preocupo, siguió empujando hasta que de mi boca salió un lÃquido viscoso mezclado a saliva y acompañado de arcadas y una tos fuerte que apenas me dejaba respirar. “Vamos perra, no te pongas delicada, abre esa boca puta!” a lo que siguió una embestida con el pija de Carlos que casi me atraganta nuevamente! Luego sin decir nada lo saco por la mitad y empezó despacio a entrar y salir de mi boca. Yo estaba como drogado, por el morbo y la excitación, por la sorpresa, por la vergüenza, pero la verdad es que no lograba zafarme de esa situación inesperada y que me estaba llevando a comportarme como nunca habÃa hecho en mi vida. Los fuertes brazos de Carlos me tomaron con decisión, hizo que me parare, me volteo y mientras con un brazo en la barriga presionaba hacia atrás con el otro en el cuello me empujaba hacia adelante. Empujaba sus dedos y cada vez mas presionaba hacia el exterior de las paredes para lograr alargar mi agujero. Ninguna advertencia, ni palabra, ningún forro, solo un poco de jabón y de repente sentà que el capullo de su pija estaba entrando en mi culo. Trate instintivamente de retraerme y resistir pero cuando lo intente, Carlos presiono mi vientre y mientras distraÃdo por esa acción el me hundió su verga sin compasión! Sentà que algo me estaba quemando por dentro, sentà un dolor que no puedo describir, grite, pero el único resultado que obtuve fue que el presiono con más fuerza!
Las piernas me temblaban, mi pija habÃa perdido su erección, el dolor en mi ano era terrible, pero mi excitación era increÃblemente alta y aumentaba cada vez más. Me dejo insertado sin moverse por algunos minutos y de repente saco el chota de mi culo. Sentà una sensación de alivio, como si me hubiesen vaciado las entrañas, pero mientras yo creÃa que era el final, fue suficiente para que Carlos enjabonara su pija nuevamente y antes que pudiera ni siquiera pensar lo tenÃa nuevamente dentro de mi culo. Carlos hizo que me doblara aun mas y sentà como su verga me llenaba y parecÃa llegarme hasta la garganta! Carlos empezó un mete y saca que debe haber durado unos 10 minutos. Yo estaba súper extasiado, el dolor habÃa dejado su puesto al placer y un liquido caliente escurrÃa por mis piernas. Era el lÃquido de mi orto unido a sangre. Si porque mi culo virgen habÃa pagado su precio! Carlos empezaba a dar algunos empujones cada vez más fuertes y sin decir palabras, saco la verga de mi culo, me volteo nuevamente y me obligo a meterme el pija en la boca. Como lo habÃa sacado de mi culo, con todo el liquido que lo mojaba directamente en mi boca! Antes que pudiera asquearme empezó a acabar dentro de mi boca. Me tenÃa la cabeza sujeta con sus manos y cuando trataba de alejarme hacia presión y me obligaba a tragar toda esa cantidad de esperma que parecÃa no terminar nunca! SeguÃa latiendo a chorros, nunca habÃa visto una eyaculación tan abundante!
Yo tenÃa en mi boca ese enorme pija que siguió erecto por casi otros 5 minutos! Trague todo, y al asco inicial siguió una sensación de resignación y casi de placer. Cuando por fin Carlos saco su pija de mi boca, volvió a abrir la ducha y se enjabono todo el cuerpo. Yo estaba en el rincón con la mirada llena de vergüenza hacia el piso. Carlos salió de la ducha y empezó a secarse y cambiarse. Carlos, lo supe después, era un agente de las fuerzas especiales con privilegios fuera de lo común. Desde ese dÃa mi vida y sobre todo mi culo no fueron más los mismos. Yo sigo siendo heterosexual, sigo teniendo relaciones con mujeres, pero cuando Carlos me llama, debo estar preparado a que me cojan por el culo, por la boca, a mamar vergas y tragar semen, a lamer culos y cualquier otra cosa me ordenen. Si porque Carlos a menudo trae amigos y amigas, juegan conmigo y hacen lo que les da la gana con mi cuerpo. Y yo?
Bueno la verdad es que a pesar de saber que no tengo alternativa, a pesar de saber que no puedo negarme, la verdad es que descubrà que ahora me gusta todo lo que me hacen. En manera particular cuando es Carlos quien me coge y me somete. Es una sensación que no logro describir. Me recuerda ese primer dÃa cuando todo empezó mirando de reojo su verga, y termino partiéndome el culo. Mi culo! Ya no teme ninguna verga. Me las han metido de todos los tamaños y medidas. El anillo de mi culo, mi esfÃnter es súper elástico y adaptable a cualquier pija natural o artificial, manos abiertas o puños cerrados. Si, ya no soy virgen y sobre todo ahora me gusta que me den por el culo. Y cuando me cojo una mujer, el culo no se lo salva nadie. Hasta con gritos y rebeldÃa no puedo evitar de enterrarle mi verga por el culo, que a pesar de no ser grande como la de Carlos deja su huella y sabor adonde entra. Algunas de las mujeres no vuelven mas nunca a tener sexo conmigo otras en cambio no ven la hora de volver a darme el culo para que me lo coja… Es lo mismo que me pasa a mà con Carlos y sus amigos, no veo la hora que vuelva a pasar…
Javier Dias