El otro dÃa concurrà a un boliche swinger y para mi desgracia pude observar la siguiente situación que para que se comprenda prefiero no...
El otro dÃa concurrà a un boliche swinger y para mi desgracia pude observar la siguiente situación que para que se comprenda prefiero novelar...
Pipo es puto... puto mal, y harto de recorrer saunas, cines y cuanto antro existe... decidio innovar.
Pipo, el puto, escuchó que existian unos lugares en donde la consigna era "sexo libre, sin prejuicios", -esta es la mia- sono en su afiebrada mente. Y se mando.
El sitio escojido no le desagradaba, ya tenia experiencias en recorrer tuneles, pasajes. Lo que le incomodaba era la presencia de feminas en el lugar, pero ya que habÃa ido, asà es el morbo.
-Y estas trolas que hacen aca?, hay que ubicarse-, volvio a pensar.
Recorriendo el lugar noto que en una habitación entraban muchos hombres.
-Ese debe ser el cuarto oscuro, que cantidad de chongos...-, susurro, mientras se acomodaba las cejas con un poco de saliva.
Para su sorpresa encontro a una dama en cuatro, siendo penetrada por varios de los asistentes, mientras otros ofrecian sus penes, para que esta los chupe.
Aclaremos que Pipo no era muy despierto. Al ver a la niña en dicha situación, no tuvo mejor idea que entrar en acción.
-A esta mina la desbanco, ahora van a ver como se chupa una pija-.
Cruzo la habitación y con mirada desafiante se acomodo al lado de la señorita. Eso era una competencia, y no se iba a conformar con un segundo lugar.
Pipo era medio lerdo, pero tenia buen ojo. Se avalanzo sobre la pija mas grande.
-flaco, que te pasa?, estas en pedo-, grito el acosado.
-te chupo, te chupo, yo la chupo mejor que ella-
-deja de romper trolo, volve a Amerik, marica-
-dale, un poquito, te chupo, te chupo-
-trolo de mierda, te vamos a cagar a palos, borrate, h d p-
-bueno, un besito?, dame un pico, bechito, bechito..., haceme la cola papi-, decia mientras estiraba su boca.
Pipo no recuerda nada mas de esa noche, hay una laguna mental entre ese momento y las 36 horas en la que se desperto en un hospital.
Pipo querÃa saber cual era el puente que debÃa cruzar para llegar hasta esos hombres, chongos con pijas gruesas y olor a hombre macho....
Es asà que se fue sin nada de lo que hubiera querido.
Pero volvió a la semana con una mochilita y un kit de lo que llamaba su prima Pamela.
Pipo, ahora Pamela, entró al mismo cuartito donde los hombres lo recibieron con las pijas al palo y caballeros, le ofrecieron todo lo que Pipo/Pamela pidiera. Tragos, pijas, semen...
Cuando no puedes con determinados mandatos lo mejor es bajarse del caballo y ver de que forma puedes volver sobre tús pasos.
Ahora Pipo no es tan gay, ni los HOMBRES se ven intimidados en su pudor por un puto que se arrastra en el cuartito oscuro. Quien ahora se arrastra igual es Pamela y hay que satisfacerla... Si no puedes con ellos, adaptate
P.D : Fue más fácil contarlo en tercera persona, Pipo/Pamela soy yo.
José MarÃa.