Soy asiduo del blog y leo todo lo que publican, me gusta mucho las polémicas que se arman sobre si un relato, o un dato son ciertos o no. Cr...
Tengo 50 años, hace 17 que soy portador HIV y siempre me han gustado los cines y los lugares para encuentros casuales, las teteras, los baños y todo lugar que "de" se transforma en un lugar ideal para el sexo express, leà por ahà que acá no solo se muestra o se habla de sexo, sino que también se lo -"piensa". También me he dado cuenta que hay muchos que reclaman que se hable más del SIDA y del HPV o cualquiera de las ETS.
No soy médico pero he vivido mi vida y no cambiarÃa nada de lo que he hecho con ella, pero sin dudas serÃa bueno que se pudieran erradicar todas las enfermedades venéreas, hay veces que caigo yo también en el discurso religioso pensando que tal vez Dios puso estas para que sean una barrera, un parate a que el morbo no se transforme en algo más morboso, algo todavÃa superior. He estado en varias orgÃas y por más forros que haya hay un momento en que algo se apodera de uno y tal vez no se tomen todos los recaudos.
Algunos de mis amigos me critican porque sigo yendo a cines, bares y porque hablo libremente en la primera cita de mi condición de portador. No me va esconderme. Cuando alguien en un cine me pide que le acabe en la boca descarto amablemente la invitación y hasta les cuento mi realidad si es que se ponen insistentes.
Aún antes del SIDA algunos de nosotros tenemos propensión a contagiarnos, algo asà como a ser tierra fértil para determinadas enfermedades. No descarto haber tenido 5 minutos de boludes pero en general siempre me cuidé he hice todos los deberes, algo no debe haber andado bien pues tuve, sÃfilis, luego fue el SIDA y ahora la no menos molesta HPV de la que leà un buen informe en este blog.
Creo que tenemos que ser consientes los que portamos y los que no, pero que concurrimos a estos lugares de sexo casual, que las posibilidades de contagio aumentan y existen, que aunque se tomen todos los recaudos muchas veces podes o te pueden contagiar aún sin saberlo. Entiendo que muchas veces hay algo supremo que nos incita y nos lleva a concurrir a cualquier antro a cambio de un poco de adrenalina para amenguar la rutina de nuestras vidas, creo que es majestuoso recibir un guascaso de vez en cuando y serÃa hermoso poder hacerlo sin preservativo, pero está privado para los tiempos que corren.
Hay que tener presente al otro y su circunstancia, su juventud, su adrenalina, su inexperiencia y la propia para tratar de que un encuentro sea bueno para todas las personas involucradas.
Marcos L