Hace un tiempo leà la historia de Anibal Sanz y Daniel Baños sobre el cementerio de la Chacarita y decidà que era tiempo de probar algo nue...
Salà de inmediato un poco desilusionado pensando que el lugar sin las moscas era ideal para coger. Me propuse caminar y recorrer el lugar en serio dado que era la primera vez que estaba ahà y querÃa ver que tenÃa para ofrecer además de un posible garche. Era un dÃa soleado, asi que caminé cómodo admirando las esculturas pero concentrado en ver si pasaba algún posible candidato. El tiempo pasaba y no veÃa nada y no me refiero a gente para coger sino directamente gente. Si bien el lugar es gigante, no parecÃa haber mucha concurrencia ese dÃa.
Cuando salà del baño, caminé todo derecho desde la puerta principal, atravesé los nichos subterráneos y llegue hasta la parte "popular" dónde los muertos parecen estar chocándose codo a codo por lo juntos que están. En el camino vi 2 baños, en el primero no entré por que habÃa una familia muy cerca y en el segundo por que la de seguridad miraba fijamente cada paso que hacÃa. Pasó el tiempo y me ganó el aburrimiento, decidà irme. Eran las 17.20 y ya en la salida me encuentro con un trabajador del cementerio (o al menos eso parecÃa) medio entrado en años, flaquito, pero cogible.
Me le acerqué y titubeando le dije - Disculpá... - ¿SÃ? - Estem... (no sabÃa que carajo decirle) ¿que famosos están acá enterrados? (sÃ, fue lo único que se me ocurrió en el momento) el empezó a pensar y decÃa cosas que ni escuché, sólo me concentré en mirarle el vello que le salÃa del pecho y le asomaba por el cuello lascivamente como para que me invitara a acariciarlos. - ...y Perón ya no está más dijo como empezando a alejarse - Bueno, gracias le dije y caminé hacia la salida casi a su lado.
Salà pensando que habÃa perdido el tiempo totalmente y me propuse mentalmente no quedarme sin sexo, y para ellos no tenÃa más que cruzar la calle para encontrarme con el baño de la estación Urquiza. Entré despacio como inspeccionando el lugar y viendo como un par de machos se miroteaban las pijas sin disimulo alguno. Estaba meando con las miradas clavadas en la nuca y por el espejo lo veo entrar. Se mete en un privado en diagonal a mi y rápidamente me invita a unirme. Me guardo la pija rápida y ante la mirada de los presentes me metà sin dudarlo. En cuanto cerré la puerta, él ya estaba agachado listo para chuparla. Me bajo el pantalón y el boxer de una sola vez (Uso un pantalon deportivo para facilitar el acceso) y empezó con su tarea. El era más alto que yo, de pelo castaño y ojos verdes, medio grandote.
Yo estaba super caliente y le decÃa cosas pero el no escuchaba ni respondÃa. Estaba demasiado concentrado en lo que estaba haciendo. Me peteó un buen rato y me preguntó si iba a acabar, le dije que no todavÃa asi que se bajo los pantalones y se dio vuelta. No me la metas dijo, sólo frotamela. Desesperado, el mismo revoloteaba su cola y finalmente volvió a agacharse y en cuando dije que iba a acabar no hizo más que abrir la boca para recibir toda mi leche. Salà yo primero y dejé el lugar sin lavarme las manos ante la mirada de todos lo que estaban ahà parados, incluso habÃa 2 tipos esperando que se desocupen algunos lugares para pajearse. En la estación del subte lo vi pasar delante mÃo, ambos sonreÃmos y el siguió de largo para subir muchos más adelante.
*Nota: Esto pasó hace ya 3 meses pero recién lo escribÃ.
MatÃas Herrera.