Que irónico el “que” de la frase… Se me ocurrió, después de haber tenido un encuentro de baño alucinante en una esquina de Corrientes y...
Que irónico el “que” de la frase…
Se me ocurrió, después de haber tenido un encuentro de baño alucinante en una esquina de Corrientes y Callao, (discretísimo, subsuelo… es para ir con alguien que te llevas de otro lado, o que te yiraste en la calle, no da como para bajar de una y ver si hay joda…)
Nos miramos furtivos, en Corrientes…, cruzó Callao, dio medio giro, me miró y se metió en el bar, escaleras abajo.
Cuando llegue me esperaba con la pija en la mano y una mirada que “decía”… ¿empezamos…?
La verdad es que me encantaba… me pareció de lo mas atractivo, desde que lo yire, (barba, rapadito… MI DELIRIO!!!) con lo cual, derecho, le comí la boca… y se prendió… terminamos contra los azulejos… desenfrenadamente rozándonos las pijas, y besándonos como si hubiésemos esperado ese momento toda la vida.
Estábamos sedientos el uno del otro. Nos chupamos la garompa con desesperación, alternadamente, recorrimos cada centímetro de poronga, para pasar derecho a levantar la remera e ir a los pezones, bajamos y subíamos y de ahí a la boca donde la lengua se entrelazaba, por momentos desesperadamente y por momentos con esa pasión que da paso a la ternura… a los besos detrás de la oreja, al encuentro de miradas, para detenernos un minuto en los ojos del otro y volver a comernos…
Cuando le mande la mano abajo las bolas su cara de placer y de pedirme que fuera mas allá me enloqueció…
Con dos sacudidas acabo en el mingitorio… y yo al verlo chorrear me fui integro por el orificio de mi pija en una catarata de leche…
Extenuados… volvimos a mirarnos y fundirnos en un beso…
Se abrocho los pantalones, dio vuelta y fue a lavarse las manos.
Reconozco que el “después” cuando es así de a dos… me da algo de pudor… me arregle la camisa y el lompa… mientras lo miraba por el espejo…
La sensación de haberla pasado tan bien… hizo que cuando me diera vuelta… y nos encontráramos otra vez las miradas pero ahora siempre a través del espejo… pensara… ¿DA PARA VERSE?...DARNOS, … YA NOS HABIAMOS DADO…
No me animé… le guiñe un ojo, (que me respondió) y me fui…
No mediamos palabra… solo miradas, gemidos y lenguaje del acto…
Me quede con las ganas de tomar un café…
A los cuatro días nos volvimos a ver…, pero… en la tetera de Venezuela. Volvimos a curtir… entre nosotros, y con algunos más, y aunque confieso, que ya no fue lo mismo, todavía la verdad… es que tomaría ese café…
Es muy grande el propio prejuicio. Imaginemos por momentos, solo por momentos, el de los demás…
La próxima vez, lo invito. ¿Qué más que un no? ¿Y si termina en otra cosa?...
Si bien se trata de una historia real, el titulo esta pensado en homenaje a la dialéctica del segmento del programa de Andy Kusnesoft… ¿Da para darse? La Metro 95.1
Lisandro Torres