Voy a sacar la famosa tarjeta Sube... un bajón porque ya voy pensando en la cola que voy a tener que hacer, pero no la cola de un hermoso ...
Cruzo la Plaza Constitución, si te gusta lo mórbido, siniestro y bizarro, los negros, los cabeza, los descamisados de Evita se confunden con los travas dominicanos o los de nuestro interior. Las veredas rotas, los aromas que te inundan de una, la decadencia, todo eso hace a este lugar tan particular. ¡Este es el lugar!
Camino por la plaza sobre la calle Lima y cuando voy pensando en mi mala suerte, el de arriba me tira un dato!
Hay un baño ubicado a la altura de la calle Lima al 1700 sobre la misma plaza, frente al COTO, es de esos baños que bajan por una escalerita y te llevan a lo más sórdido en olores que puede haber sobre la tierra, pero por otro lado hay dos chabones que se estan dando masita y no paran cuando me ven.
El más grande me campanea, son flacos con calle (me dan onda motoqueros), como decía, el más grande en un acto de caballerosidad, me lo comparte al flaquito pendejo, con cara de nene, que tenía ensartado en la punta de la chota, el pibe se deja y queda en el medio con una pija por el culo y otra por la boca, se prende de lo mejor a mi chota y su lengua se pone golosa a la hora de querer pararmela del todo. Sé que no voy a durar mucho, estoy muy caliente, el flaco que se lo coge hace que los empujones por el culo lo ahoguen en mi pija, la situación me calienta mucho. Mientras tanto se escucha al diarero que se hace el día afuera vendiendo. El flaco más grande me dice (mientras le saca toda la chota y se la vuelve a meter) que no me preocupe que nunca va la cana, que todo el que entra ahí lo hace porque es del palo o porque va a mear. El pendejo del medio no dice ni palabra.
Para ser un baño público tiene cierta limpieza y la situación toda me calienta, nos miramos con el man que se lo está garchando al pendejo, el mismo que se banca todo lo que le hacemos y mirándonos sincronizamos para empezar a largarle leche por arriba y por abajo. El pibito está como loco gozando las dos acabadas simultaneas. En lo que a mí respecta el pibito se toma toda la mema y me mira como dando las gracias. El otro man le saca el forro que le queda colgando del orto en una sola tirada. Con las pijas a media asta nos despedimos y yo salgo silbando bajito, para hacer, ahora más relajado, la otra cola.
Tulipán