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Como empezó mi pasión por el cine.

Por dios que calentura tenía pero aun no me animaba, no los miraba. Cada vez pasaba por la puerta de aquel cine porno no podía evitar...

Por dios que calentura tenía pero aun no me animaba, no los miraba.
Cada vez pasaba por la puerta de aquel cine porno no podía evitar que mis fantasías se dispararan, imaginaba la posibilidad de encontrar tipos calientes con sus pijas duras, necesitando saciar su calentura en mi boca y mi culo. Desconocía como era ese lugar adentro y me intimidaba el proceso de entrar y el trámite de sacar la entrada, hasta que un día mi calentura pudo más.


Me decidí y entré, en la ventanilla me dieron el ticket por la módica suma de 10 pesos y otro señor muy amable me dió el programa e indicándome en cuales salas proyectaban las películas gay y cuales las heterosexuales. Pensé... iré a las salas de películas heterosexuales porque seguro allí están los machos calientes y sin más vueltas me encaminé a una de ellas.


Al entrar estaba oscuro y no podía ver donde ubicarme, tantee en la oscuridad el primer asiento libre que encontré y me senté en él. Pasaban terrible porno mientras mis ojos se acostumbraban a la oscuridad y pude ver mi entorno. Había unos diez hombres distribuidos en las butacas y podía ver alguno parado hacia el fondo donde existe un pasillo por detrás de la última fila. Hacia el rincón del fondo y opuesto a la puerta, se veía unos hombres parados en el pasillo pero no pude distinguir muy bien que hacían.

Comencé a notar que algunos hombres entraban a la sala , caminaban por el pasillo , se detenían por un momento cerca de alguien sentado y luego volvían a salir, como buscando algo o alguien. Esto me hizo pensar hasta que descubrí que buscaban compañía ocasional !. Esto me dio mucho más morbo y me levanté para reubicarme en un asiento de la última fila en aquel rincón oscuro justo delante del pasillo.


En minutos vi como los caminantes pasaban por el pasillo detrás de mí, se detenían unos segundos, me miraban como esperando alguna seña de mi parte para avanzarme y luego se retiraban. Por dios que calentura tenía pero aun no me animaba, apenas los miraba.


La película seguía su curso y las pijas que veía siendo gozadas por las mujeres me calentaban cada vez más. Para peor veo en una butaca paralela a la mía a unos cinco metros que un tipo esta con la verga afuera acariciándosela sin ningún problema y me mira mientras lo hace!, no puedo dejar de mirar como se pajeaba y en ese momento veo entrar un hombre maduro que camina por el pasillo hacia mi asiento y se detiene detrás mío como a dos metros a mi derecha, veo su entrepierna y él se la soba sobe el pantalón, instintivamente no podía dejar de mirarlo como se tocaba el bulto mientras visiblemente paso mi lengua por los labios, a esto él responde bajándose el cierre del pantalón, mi corazón palpita, él saca su pija dura y hermosa que yo no puedo dejar de mirar mientras me relamía, avanzó hacia mí por detrás con la pija en la mano y me la acerca a la boca, me doy vuelta y abriendo los labios comienzo a introducirme su glande suavemente en mi boca, luego avanzo muy despacio sobre su tronco y apretando los labios me la meto toda adentro mientras con la lengua juego con su glande, él comienza a gemir me la saca de la boca y se mueve para sentarse a mi lado.

Ya sentado le agarré la pija con la mano y el respondió bajándose los pantalones hasta los tobillos y pasó su brazo por detrás de mi espalda llevándome hacia su poronga, cosa que hice de inmediato pero antes me ubique arrodillado entre sus piernas abiertas, tome esos huevos hermosos con mi mano y metí su glande adentro de mi boca con los labios apretados y comenzando lentamente a tragarme hasta el fondo esa pija, entonces la sacaba nuevamente despacio jugando con mi lengua en su glande, así una y otra vez, con sus manos en mi cabeza marcándome el ritmo, deben haber pasado unos cinco minutos que para mi parecieron segundos por como lo estaba gozando, él me avisa que va a acabar y yo inmutable, dejo su glande dentro de mi boca con los labios apretados alrededor del tronco de su pija y juego con mi lengua esperando que venga toda esa leche hermosa y así sucedió, él comenzó a acabar en mi boca mientras yo la recibía con mi lengua exprimiéndole la pija hasta la última gota, lo miraba a los ojos como lo gozaba y yo gozaba aun mas.


Después de eso seguí mamándole la pija, lenta y suavemente mientras él me agradecía y decía las cosas más groseras y cariñosas a la vez que puedan imaginarse, yo recaliente aun seguía con su pija en mi boca hasta que la tuvo dura nuevamente, entonces él comenzó a colarme una mano por la espalda a lo que yo respondí levantando mi cola para que el llegara a acariciarla mejor, cosa que hizo de inmediato, me tocaba los glúteos, metía su mano por mi raya y con sus dedos masajeaba mi agujero, entonces me dijo al oído, te santas arriba mío o vamos al pasillo de atrás?, saqué su pija de mi boca y le respondí, vamos atrás.


Nos levantamos y dimos la vuelta a las butacas para ubicarnos en el pasillo oscuro, me baje los pantalones y me recliné sobre el respaldo de las butacas de la última fila abriendo bien las piernas y mostrándole mi culito virgen, el se ubicó detrás de mí y comenzó a lubricar mi agujerito con la mano, tomo su pija y la apuntó a mi culo mientras con las manos me tomaba de la cintura llevándome levemente hacia él, sentí como lentamente mi culo comenzaba a tragar la punta de su pija, el me empujaba suave pero firmemente hacia él y yo sentía entrar su pija, fue muy suave así unos minutos mientras yo moría de placer por sentir como me penetraba pero no sabía aun cuanta carne faltaba por comerme y con mi mano toqué mi culo para descubrir que ya sus veinte centímetros de pija estaban casi todos adentro de mi culo!

¡Que maestro por dios!  Me tenía todo clavado suavemente, sin dolor, todo placer, yo entonces empujé con mi culo hacia él hasta que sentí su cuerpo contra mis nalgas, estaba seguro que tenía toda esa pija adentro, entonces el comenzó a sacarla, que placer! , él volvió a meterla en mi culo lentamente pero hasta el fondo yo no podía evitar gemir de placer, entonces comenzó a repetir la culeada cada vez mas rápido mientras yo con mi culo empujaba intentando que me cogiera lo más profundo posible, habrán pasado quince minutos así hasta que siento como me toma de las nalgas para clavármela bien al fondo y acabó con unos gemidos increíbles, yo no pude mas y acabé al mismo tiempo. Me besaba la espalda, el cuello, yo respondí arrodillándome y chupándole los huevos y la pija suavemente hasta dejarla bien limpia y reluciente.

Ambos nos agradecimos nos vestimos pasamos sentarnos juntos. Así comenzó una relación que mantuvimos ocasionalmente, sin compromiso alguno, cuando queríamos y podíamos, a veces en otros sitios más privados y a veces no podíamos resistir el morbo de volver al cine.

Fernando Garrido para Nosotros y los Baños