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Bareback: Jeff Palmer un porno star argentino de exportación.

Durante toda la década de los noventa y primeros años del nuevo siglo XXI, lo más común para los ‘porno adictos’ fue ver escenas con sexo p...


Durante toda la década de los noventa y primeros años del nuevo siglo XXI, lo más común para los ‘porno adictos’ fue ver escenas con sexo protegido, aparentemente sin el mayor riesgo para sus intérpretes. Algunas ocasiones, incluso, con algunas clases acerca de cómo colocarse bien un condón que de colores mate pasó a transparentes y con una longitud tan corta, que lo hacían casi imperceptible para el ojo de la cámara.

Pero, ante la eficacia de los tratamientos médicos para los portadores del VIH y la reducción de las cifras de muertos por el Sida, la industria pornográfica se fue volviendo más flexible en torno al tema y el condón comenzó a desaparecer en escenas en las que se fueron multiplicando las venidas abundantes dentro de la boca, las penetraciones anales, las orgías, etc. Principal promotor de este cambio fue ‘el semental italiano’ Rocco Siffredi (Ortona, 1964) y su compañía productora, así como el actor canadiense Peter North (Halifax, 1957), un gay redimido, adicto al sexo anal.

De igual modo Bel Ami, la productora europea de la que surgieron bellezas adolescentes como Lukas Ridgestone, Roman Paulik, Sebastián Bonett, Ion Davidov y Dano Sulik, entre otros, con el pretexto de contar en sus filas con muchachos ‘sanos’ y ‘limpios’, comenzó a incluir en sus tramas esporádicas secuencias en las cuales sus actores se tragaban el semen de su compañero o se dejaban penetrar sin condón. Las ventas comenzaron a incrementarse.

Pero el fenómeno del ‘bareback’ pornográfico alcanzó su máxima expresión en norteamérica con Jeff Palmer, un actor de origen argentino, criado en Mendoza, que fue prototipo de la masculinidad activa en la primera etapa de su carrera con filmes como “Flashpoint”, “The placer”, “No Way Out”, “Stripped”, “Fever”, “Heat Wave”, Manhandlers”, “The Chosen”, “Betrayed” y “Palmer Lust”, entre otras, y que, una vez que fue diagnosticado como positivo, accedió a convertirse en un ávido pasivo en otras tantas producciones en las que ponía como única condición a sus coprotagonistas ser penetrado sin condón y con las consecuentes venidas en la boca, la mayoría de las veces después de orgías tumultuarias (gang bang).

Descubriendo un ‘nuevo’ mercado, los títulos ‘bareback’ de Jeff Palmer abundaron en el mercado, y las ventas se fueron al tope: “Jeff Palmer: Hardcore” (2002), “Jeff Palmer: Raw” (2002), “Bareback Leather Fuckfest” (2003), “Barebacking with Jeff Palmer Volume 3: Gang Fucked” (2005), “Bareback Boot Camp” (2006), “Barebacking with Carlos Morales” (2006).

El bareback oficializado en su máxima expresión

Para las nuevas generaciones que conocían estas películas sólo por referencias o recurriendo a la videoteca de sus amigos cuarentones o cincuentones, este nuevo cine se convirtió pronto en toda una gran novedad. Con todo y las graves implicaciones que llevaba consigo.

La industria del cine porno gay ha jugado un papel determinante en el llamado “sexo a pelo”. Cada vez son más quienes sin la información adecuada, optan por tener prácticas sexuales de alto riesgo, como la penetración anal sin condón.

Mariano Sepúlveda